La revisión y ampliación del Catálogo de Edificios Protegidos del Ayuntamiento de Madrid ha marcado un nuevo hito en la preservación de su patrimonio arquitectónico, con la incorporación de un total de 734 edificios, lo que constituye la actualización más significativa en los últimos 25 años.
Con estas adiciones, la ciudad de Madrid cuenta ahora con un total de 21.030 edificios protegidos, marcando un importante paso hacia la conservación de su herencia arquitectónica.
Una parte sustancial de estas incorporaciones se compone de 686 edificios construidos en la segunda mitad del siglo XX, que anteriormente estaban cerca del límite temporal de estudio (1980) según el Plan General de Ordenación Urbana anterior. Esta inclusión permite reconocer el valor de la arquitectura contemporánea en Madrid.
Ejemplos notables incluyen la Torre Picasso, diseñada por Minoru Yamasaki, que en su momento fue el edificio más alto de España, y la Torre de Valencia, un edificio residencial de arquitectura brutalista diseñado por Javier Carvajal Ferrer.
Además de estos rascacielos, se han incluido edificios emblemáticos como La Unión y el Fénix, sede de Mutua Madrileña, la Fundación Juan March, la Basílica Hispanoamérica Nuestra Señora de la Merced, y otros edificios significativos. Además, se han agregado 503 edificios agrupados en once conjuntos homogéneos, como la Cooperativa de Viviendas Militares de Alberto Aguilera y el Poblado de Almendrales en el distrito de Usera.
La revisión también ha considerado edificios que son vestigios de valor ambiental relacionados con la planificación urbana histórica, como la ciudad lineal diseñada por Arturo Soria a finales del siglo XIX. Este grupo incluye edificios como el antiguo Hotel Rubín, el edificio principal del Colegio de Huérfanos de la Armada y el Palacio de Villa Menchu.
Además, 17 edificaciones han recibido una protección cautelar debido a la legislación posterior al PG97 y la Ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Esto incluye la Ermita de la Torre en La Galiana, la Ermita de San Isidro, así como edificios con un uso original comunitario, como los pabellones residenciales de la antigua estación de Villaverde, el Colegio de Santa Cruz en Carabanchel y los antiguos lavaderos de Hortaleza, entre otros.
Por otro lado, se está considerando una nueva modificación del catálogo para incorporar la arquitectura popular neomudéjar, lo que subraya la importancia de mantener viva la historia arquitectónica de Madrid en constante evolución.