La primera impresión al subir al Tren de Felipe II es la de estar pisando los pasillos y compartimentos del legendario Orient Express en una novela de Agatha Christie. En esta atractiva atracción turística madrileña no encontraremos al snob y fascinante Hércules Poirot, sino a los personajes de la corte de este monarca apodado «el Prudente», que fue rey de España desde el 15 de enero de 1556 hasta su muerte; de Nápoles y Sicilia desde 1554; y de Portugal y los Algarbes –como Felipe I- desde 1580, logrando una unión dinástica que duró sesenta años.
La locomotora diesel de la serie 321, datada en la década de 1960 y cuatro coches de viajeros de la serie 5000 y 6000, todos ellos de los años 40, son las reliquias que integran el Tren de Felipe II y que me producen una sensación controvertida que nos reúne con dos épocas bien diferentes: las postrimerías del primer tercio del siglo XX, y el citado siglo XVI.
Si en la época de Felipe II, la monarquía española llegó a ser la primera potencia de Europa y el Imperio alcanzó su apogeo, integrando territorios de todos los continentes habitados –recordamos aquella manida frase que advertía que en España nunca se ponía el sol-, ahora el turista que visita la Comunidad de Madrid, puede disfrutar de un amplio calendario de visitas a San Lorenzo de El Escorial, rodeado personajes de época y leyendas, algunas más blancas y otras más negras, sobre el heredero de Carlos I.
Este palpitante viaje a otra época entre Madrid y El Escorial, nos invita a participar en un satisfactorio salto en el tiempo a bordo de un arcaico y fascinante medio de locomoción. Descubrir la inigualable historia y riqueza monumental de El Escorial, con llegada en un Tren Patrimonio de la Comunidad de Madrid, es nuestra propuesta.
Lo podemos hacer mediante cuatro opciones diferentes: el Pack Imperial, que hemos probado y nos ha encantado, con Tren Histórico + Visita guiada al Real sitio de San Lorenzo de El Escorial y su Monasterio; el Pack Leyendas, con el Tren Histórico + Recorrido Panorámico + Visita caracterizada a San Lorenzo, Jardines de la Casita del Infante y Monasterio (Jardines); el Pack Travesía, con viaje en Tren Histórico y entrada al Monasterio para visita libre, e incluso un Viaje a Medida.
De Príncipe Pío a las entrañas del reinado de Felipe II
Este primer sábado de octubre en el que comenzaba el calendario de esta propuesta turística, la recepción nos esperaba en el andén número 7 de la Estación de Príncipe Pío, con personajes de la época, para el típico Photocall, en este caso en los albores de la Edad Moderna.
Durante un tranquilo y ensoñador viaje en el vetusto tren, se nos presenta la que fue cuarta mujer de Felipe II, alguien de gran relevancia, ya que fue la que le dio descendencia. La nombrada Ana de Austria, tiene en su haber el hecho de convertirse en reina consorte de España y de Portugal, pero también de haberse casado y procreado con su tío en la obsesión del soberano por lograr descendencia. Y aquí, antes de llegar al centro del Escorial, nos recuerdan la larga lista de líos de faldas del monarca. Postmodernidad y libertad carnal del siglo XVI.
Historia y gastronomía en el centro de San Lorenzo de El Escorial
Tras la llegada a la estación de tren del municipio de El Escorial, subimos a San Lorenzo en coche de caballos, (concretamente un autobús de 170 cv), tal y como hacía Felipe II en sus asiduas y prolongadas visitas. La visita al centro de este municipio, siempre resguardado por el monte Abantos y Las Machotas, comienza con las explicaciones de una amable guía que presenta su arquitectura, en las típicas mansiones de los nobles que acompañaban a la realeza con la idea de mejorar su situación social y económica.
Pero también nos encontramos con los postres típicos del pueblo, como la Bizcotela, una joya pastelera que se elabora desde 1747, con los colores del granito tan importante en el Monasterio. Receta del confitero de la corte de Carlos III, mezcla el bizcocho, con merengue, manga pastelera, almíbar y otros ingredientes secretos.
Recorriendo calles como C. del Rey, encontramos fascinantes restaurantes como Mesón la Cueva, antigua Posada de las ánimas, construida durante el reinado de Carlos III, según los planos de Juan de Villanueva. Hoy conocida también como ‘La Casa del Balcón de Piedra’, nos permite disfrutar de carnes asadas y cocina castellano-española en una taberna de 1768 con lámparas, muebles y objetos de la época. En este enclave encontramos también el Real Coliseo de Carlos III, de los primeros teatros cubiertos de España o la Casa de los Doctores, además de la casa de Jacome da Trezzo, artista que trabajó en el Monasterio durante el siglo XVI.
El Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial
Antes de regresar a nuestro romántico tren, nos espera la visita más importante del día, recorrer el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, un complejo que incluye un palacio real, una basílica, un panteón, una biblioteca, un colegio y un monasterio. Son infinitas las curiosidades que pululan por los pasillos de su historia, pero la primera es que a vista de pájaro, la disposición de este conjunto arquitectónico tiene forma de parrilla invertida, en conmemoración a la trágica muerte de San Lorenzo.
Dos años después de trasladar la capital de Toledo a Madrid, el rey, en 1963, manda construir el Monasterio, que se eleva construido con las piedras de granito cercanas, siendo uno de los materiales más caros del mundo. La visita nos permite conocer la historia, no solo de Felipe II sino la de los Habsburgo y los Borbones, hasta la actualidad. En un enclave fascinante, en el que el rey quería estar alejado del mundo, sin nadie a su alrededor y protegido por la montaña, podemos perdernos por momentos en un laberinto de sensaciones, de arte, conocimiento, pasado, historia y misterio.
Controversia y bibliotecas secretas
Uno de los aspectos más controvertidos de esta historia se encuentra en el propio rey, religioso hasta las entrañas y protector de la Inquisición que, al mismo tiempo, creó una de las más valiosas bibliotecas del mundo. La Bibliteca Real alberga una colección de 40.000 volúmenes, 600 incunables datados entre 1451 y 1500, manuscritos y libros antiguos, aquellos que, en su momento, estrenaron la imprenta. Entre sus tesoros se encuentra una copia original de la primera edición de ‘El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha’, de Cervantes.
En este sentido se mezclan la fe y el conocimiento en un sinfín de símbolos arquitectónicos y pictóricos (Velázquez, El Bosco, Tiziano, Ribera y otros…) , evocando la victoria del monarca en la batalla de San Quintín, cuando “el mundo era suyo”. Es muy sugestiva también, la idea de que el Monasterio cuenta, igualmente, con la Biblioteca Esotérica, que aunque no está disponible durante la visita, nos evoca leyendas y arcanos de la noche escurialense. Junto a la principal, esta biblioteca secreta conocida también como la ‘Biblioteca del diablo’, alberga libros relacionados con la alquimia, la magia y otros temas misteriosos. Un auténtico secreto ¿ocultista?
Modelo bíblico: el Templo de Salomón
El complejo alberga otras ideas muy interesantes, como que su planta está concebida como imagen de las descripciones del Templo de Salomón. No en vano, podemos observar las esculturas de David y Salomón en la fachada principal del patio, y el conjunto toma la idea arquitectónica del Domus Dei, la Casa de Dios. El diseño de Juan Bautista de Toledo, se basa en la simetría, utilizando un sistema de cuadrícula y medidas basadas en la proporción áurea para crear un edificio perfectamente equilibrado.
En este laberinto simbólico, según entramos al patio principal, encontramos a un lado la escuela y detrás la biblioteca, representando el conocimiento y a la derecha, el convento, ocupado originalmente por monjes jerónimos. En el centro, representando la idea suprema de Dios, la Basílica, precedida por el Patio de los Reyes, y verdadero núcleo de todo el conjunto. Ocupando el que sería el mango de la parrilla, encontramos el Palacio de Felipe II, también denominado Palacio de los Austrias, al norte.
Entre sus curiosidades, sabemos que la habitación del monarca, permite ver, por un pequeño orificio, y escuchar, los actos religiosos celebrados en la Basílica. Justo debajo del altar mayor, descansan los restos de los monarcas y sus familias en la cripta, según planos de Juan Bautista Crescenzi, en veintiséis sepulcros de mármol. Y, como no hay cielo sin infierno, el Monasterio de El Escorial esconde también una puerta al averno. Su ubicación pudo estar influida por la leyenda local sobre una mina cuyas galerías llegaban a las mismísimas puertas del infierno. Con toda seguridad, el Monarca conocía el mito cuando levantó allí este, su particular Templo de Salomón.
Regreso a la estación de Príncipe Pío
Tras la comida y un enriquecedor paseo por los jardines, regresamos a la estación de Príncipe Pío, en la que la corte nos despide hasta la próxima vez. La memoria este enriquecedor viaje en tren a un enclave tan imponente, nos recordará que siempre es una apasionante posibilidad la de pasar un día en nuestro pasado.
Desde MADRID ES NOTICIA no podemos dejar de recomendar la experiencia del Tren de Felipe II, que se convierte en un día inolvidable para disfrutar en familia, en pareja o con amigos. Así, os animamos a descubrir de una manera inigualable la historia y riqueza monumental de El Escorial, en este Tren Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Una gran apuesta de la compañía ALSA y un gran hito en los ferrocarriles españoles.