Cuando uno se instala escondido tras una pancarta para ocultar su falta de iniciativas y su demagogia, le resulta complicado parecer creíble porque esa falta de iniciativas y demagogia se hace aún más evidentemente en estos días de campaña electoral.
La izquierda radical y populista aborda las elecciones autonómicas de la Comunidad de Madrid repitiendo el mismo mantra de los «recortes» de los servicios públicos. Una vez más, PSOE, Más Madrid y Podemos insisten en la reducción y el desmantelamiento de los servicios públicos por parte del Partido Popular.
Son casi treinta años con los mismos asesores electorales y sus argumentos huelen ya a rancio. Centran sus objetivos en tres servicios esenciales, la Sanidad, la Educación y los transportes, y su argumento es el conocido: la supuesta defensa de su carácter público. Algo que nadie ha discutido jamás. Vayamos por partes.
En Sanidad, el dato es demoledor: desde el año 1995 se han abierto en la Comunidad de Madrid un total de 18 hospitales, 150 nuevos centros de salud y un aumento de más de 20.300 profesionales sanitarios, con un total de más 90.000.
No menos demoledor son los objetivos alcanzados en materia educativa. Los sucesivos gobiernos del Partido Popular han implantado un programa de bilingüismo en 550 colegios públicos. El número de alumnos medio de las aulas no universitarias ha bajado un 35 por ciento, a pesar de que el número total de alumnos ha subido de 1,1 a 1,2 millones de alumnos. Y durante este periodo, el número de profesores ha aumentado más de un 70 por ciento.
Y con relación al transporte, en contraste con el caos de las Cercanías en Madrid, de la que es responsable el Gobierno nacional, el Metro es el mejor y mayor ejemplo de eficacia y calidad. Un servicio que heredó en nefastas condiciones del Gobierno del PSOE. Los sucesivos gobiernos del Partido Popular han construido doce nuevas líneas de Metro, tres líneas de Metro Ligero uniendo todos los barrios de Madrid y llegando a varios municipios del área metropolitana, teniendo en cuenta que la red ha aumentado más de 170 kilómetros. Y sigue creciendo.
Todo esto es lo que la izquierda populista y radical llama, escondidos tras su pancarta, “recortes”. En realidad, lo que esconden tras ese vocablo es que la política aplicada por el Partido Popular en relación con estos servicios es que el modelo de gestión garantiza la calidad y plena asistencia de todos ellos. Un modelo de gestión púbico-privada de la que la izquierda abomina, pero no por su defensa de lo público sino por su ataque a la libertad, en el sentido más literal. Porque, además de optimizar los recursos, permite a las familias la libre elección del modelo de Sanidad y Educación que prefieren. En Sanidad, los usuarios pueden elegir su centro de salud, su hospital, su médico, su especialista y todo lo relativo a su atención sanitaria. Y en Educación, los padres, gracias a la libertad de elección, pueden elegir el modelo que quieren para sus hijos. En ambos casos, sin menoscabo alguno en la calidad y atención.
Enfrente a este modelo de gestión del Partido Popular, a la izquierda solo le queda esconderse tras la pancarta, la bronca y la mentira. Ya estamos viendo el modelo de gestión de la izquierda populista y radical presidida por el Gobierno de Pedro Sánchez. Un modelo liberticida, sectario e intervencionista. Un modelo que, en resumen, se esconde tras la pancarta.