Uno de los grandes genios de la pintura y arte español es Francisco José de Goya y Lucientes.​ Nacido en Fuendetodos un 30 de marzo de 1746​ y fallecido en el exilio en Burdeos en 1828, su extensa obra abarca la pintura de caballete y mural, el grabado y el dibujo. Su arte y estilo evolucionó desde el rococó, pasando por el neoclasicismo, hasta el prerromanticismo, siempre todos ellos interpretados de una forma muy personal y original.

​Según los expertos, su obra dispone de un rasgo subyacente de naturalismo, del reflejo de la realidad, con un fuerte e importante mensaje ético. Para Goya la pintura es un vehículo de instrucción moral, no sólo un simple objeto estético.

Su increíble obra refleja el oscuro y turbulento periodo histórico en el que él vive, particularmente la guerra de la Independencia contra los franceses, de la que la serie de estampas de Los desastres de la guerra se puede considerar casi un reportaje moderno de las atrocidades que se realizan en las guerras. Por todo ello, se le considera uno de los artistas españoles más relevantes y uno de los grandes maestros de la historia del arte mundial.

La entrevista de Yolanda Díaz a Jordi Évole en La Sexta hace unos días me recuerda, sin duda alguna, a esta época pictórica de Goya, y más concretamente al cuadro del Museo del Prado Duelo a garrotazos (1820-1823). Esta forma parte de un conjunto de catorce escenas al que pertenece esta obra, que se han popularizado con el título de Pinturas Negras, por el uso que en ellas se hizo de pigmentos oscuros y negros y, asimismo, por el carácter sombrío de sus temáticas.

Estas obras decoraron dos habitaciones, en las plantas baja y alta, de la conocida como Quinta del Sordo, casa de campo a las afueras de Madrid, junto al río Manzanares, conocida por ese mismo nombre antes de su adquisición por Goya en el año 1819. Esta pintura ha sido vista desde su creación como la lucha fratricida entre los españoles.

En época de Goya las posiciones enfrentadas eran las de liberales y absolutistas. El cuadro fue pintado en la época del Trienio Liberal y del ajusticiamiento de Riego por parte del Rey Fernando VII dando lugar al exilio de los llamados afrancesados, entre los que se contó el propio pintor aragonés. Por esta razón el cuadro prefigura la lucha entre las Dos Españas que se prolongará en el siglo XIX entre progresistas y moderados, y en general, en las posturas antagónicas que desembocaron en la Guerra Civil Española.

Pue sí, la entrevista ha levantado ampollas en Unidas Podemos, pero también en el PSOE por la cascada de críticas que la vicepresidenta ha lanzado contra sus propios compañeros del Consejo de Ministros, incluido el presidente, Pedro Sánchez, al que llamó «machista» equiparándole con Pablo Iglesias. Este último ha respondido con un relato muy victimista: «No sé a quién ayuda esta ensalada de hostias», le ha respondido indignado el exlíder de Podemos en declaraciones a Rac1. También reprocha a Jordi Évole por sus preguntas a Díaz, al que cuestiona haber ignorado a Ione Belarra, la secretaria general de Unidas Podemos, que «ayer pareció que, para ti, no existe».

Pues bien, ahora y después de ver la entrevista de la vicepresidenta con Jordi Évole, creo que Francisco de Goya sigue vivo y ha vuelto a pintar una nueva versión de esta gran obra de arte, porque la entrevista a Yolanda Díaz revela una gran división del Gobierno. Yolanda Diaz no ha tenido ningún problema en criticar a sus propios compañeros, llamar machista a Sánchez y en pedir la dimisión del ministro Marlaska. Pero también demuestra la división de lo que antes era Unidas Podemos.  

Por lo tanto, la pregunta que se hace la mayoría de los españoles es: ¿Van a ser capaces de pedir el voto los unos para los otros, después de todas las barbaridades y lo que llevan diciéndose durante meses? Hace tiempo que “hacer políticas útiles y positivas” y ayudar y mejorar la vida de los ciudadanos ha dejado de ser una prioridad para la izquierda.

No cabe duda alguna de que estamos ante un Gobierno en tiempo de descuento en el que todos están intentando salvarse y ubicarse para hacer oposición a Alberto Núñez Feijóo. Por todo esto y viendo lo que vemos, creo que Francisco de Goya no está muerto.