Hay una desconexión entre el deseo de las personas por sentirse bien y la respuesta actual de las marcas. En la actualidad, los consumidores están exigiendo a las marcas que les hagan sentir bien (78%), pero solo la mitad (52%) lo logra. Sin embargo, hay algunos sectores que comienzan a despuntar ante esta demanda del consumidor. Se trata del sector de alimentación (25%), higiene y cosmética (11%) y moda y complementos (10%).
Esta es una de las conclusiones extraídas del estudio ‘Flourishing: La nueva concepción del bienestar individual’, realizado por Collaborabrands, consultora de marketing estratégico. El objetivo del mismo es muy claro: demostrar cómo en un contexto de permacrisis heredada desde marzo de 2020, los consumidores han decidido priorizar su bienestar individual para luego poder aportar a un bienestar colectivo. En esta ‘era del Fluorishing’ queremos lograr vivir una buena vida en todos los niveles: en el plano físico, pero sobre todo mental y emocional, porque cada día somos más conscientes de nuestro “yo individual”, aunque sin olvidar que somos parte de una comunidad.
Es lo que denominan “individualismo empático”: “logrando un bienestar individual nos alejamos de la tendencia negativa externa (inflación, crisis, guerra, descontrol y caos) y priorizamos acciones como llevar una vida más consciente, escuchar y ser más empáticos con aquellas personas próximas a nosotros y lograr equilibrio y paz mental”, explica Mercè Elías, directora general de Collaborabrands.
Metodología y conclusiones del estudio
El estudio, elaborado gracias a una encuesta a 800 personas, grupos de discusión con consumidores y el análisis de más de 50 informes previos realizados sobre la materia, concluye que a pesar de que las marcas de estos sectores lideran el ranking, queda mucho por hacer: solo un 25% de la gente es capaz de nombrar de manera espontánea una marca que lo haga.
Para conseguirlo, el ciudadano ha detectado nueve vías para alcanzar ese Flourishing: “el autocuidado (36% para las mujeres y 25% para los hombres), la libertad (autonomía en la toma de decisiones, decisivo para el 34% de los hombres y 25% de las mujeres), la estimulación (sensaciones que fomenten la curiosidad), la flow o fluir (disfrutar sin compromisos ni presión), la consciencia, la paz mental (el equilibrio mental con uno mismo), el sentimiento de pertenencia, la coherencia social (compromiso con uno mismo y los demás), la expresión emocional (empatía, capacidad de escucha y la transparencia en las emociones), prioritario para los jóvenes de 18 a 25 años (31%) frente a los mayores de 25 (17%)”, explica María Fernández, Brand Strategy & Innovation Director.