‘Aladino’ -que en árabe significa, literalmente, ‘nobleza’ o ‘gloria de la fe’-, forma parte de la obra ‘Las mil y una noches’, siendo una de las historias más famosas en la cultura medio-oriental.
El cuento narra las peripecias de un joven de origen muy humilde, Aladino, nacido en una lejana ciudad árabe. Aladino es convencido por un malvado hechicero, que se hace pasar por hermano de su fallecido padre, para que le ayude a recuperar una lámpara de aceite de una peligrosa cueva mágica que apresa y atrapa a quien entra en ella.
Después de que el brujo malvado intentara traicionarlo y engañarlo, Aladino se queda con la lámpara y descubre que puede invocar a un genio que está obligado a servir a la persona que posea aquella mágica lámpara. Con esta gran ayuda, Aladino se hace muy rico y poderoso y se casa con la princesa del gobernador de su ciudad, teniendo así una vida más fácil y feliz.
Pues feliz, muy feliz, igual de feliz que Aladino, se pone Pedro Sánchez cuando tiene que aprobar una ley en el Congreso de los Diputados y no tiene los votos suficientes. Porque, como Aladino, frota su ‘lámpara política’, aparece el ‘genio de Abascal’ y le saca del problema que tenga. Como ya ha ocurrido con la aprobación de los Fondos Europeos, repletos de ineficiencias en la tramitación y gestión y un gran “tufo” de corrupción, pasa ahora con la aprobación de la reforma de las pensiones.
El Partido Popular no puede apoyar una reforma sobre las pensiones cuando: no hay información, existe una importante ocultación de los datos y no sabemos aquello que se ha enviado a Bruselas; este Gobierno, con su ‘verde lámpara política’, no ha buscado el consenso con los empresarios y autónomos; porque no ha demostrado este plan y reforma, una vocación alguna de permanencia, ni garantiza la sostenibilidad del sistema; porque reconoce que en la revisión es posible que haya que bajar las pensiones; porque solo dura dos años, con la única intención de salvar las elecciones y mantener a Sánchez en la Moncloa.
El propio Gobierno reconoce en su reforma que la sostenibilidad está en duda, abriendo así la puerta a seguir subiendo las cotizaciones aún más, o a bajar las pensiones si los números no cuadran.
El Partido Popular y cualquier partido serio no puede apoyar esta reforma. Se debe abordar esta vital cuestión con altura de miras y con responsabilidad. Se debe pensar en una proyección a medio y largo plazo, no solo en las próximas elecciones.
No cabe duda de que Vox es útil para Sánchez porque con su abstención permitió que el presidente sacara adelante esta reforma de las pensiones. Sin embargo, Vox no es útil para España y los españoles porque en los momentos importantes “sale de la lampara” y vota para Pedro Sánchez.
Los que llamaban “derechita cobarde” al Partido Popular se han convertido en la derechita cómplice de Sánchez, abriendo la puerta al recorte o reducción de las pensiones. Por favor, pongamos menos “genios verdes” y más sentido común y responsabilidad, porque esto no es un cuento.