Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez Almeida fueron recibidos este sábado en audiencia por el Papa Francisco en el Palacio Apostólico de Ciudad del Vaticano, con motivo del IV Centenario de la Canonización de San Isidro Labrador, patrón de la ciudad de Madrid.
Y ambos regresaron a la capital con un objetivo muy concreto: traerlo a la capital.
El primer paso ha sido trasladarle, tal y como reconoció la máxima dirigente regional tras el encuentro, el «cariño y cercanía» de los ciudadanos de Madrid. También el regidor ha querido extender esta petición al Arzobispado de Madrid «para que se lo transmita en nombre del Gobierno de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento». Aunque, vistos los antecedentes, será necesario mucho más.
Porque el actual Sumo Pontífice, que ha visitado decenas de países alrededor del mundo (entre ellos nuestros vecinos Portugal, Francia y Marruecos) nunca ha pisado España. En 2022 se se planteó la opción de que acudiera a Santiago de Compostela, finalmente desestimada.
También decidió decir que no a la propuesta que le hizo el Gobierno de Rajoy en 2015 para clausurar las celebraciones del quinto centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús, cuando ya se daba por hecho.
Más allá de su evidente inclinación política, demostrada con el comentario realizado a Almeida sobre su «herencia» de la anterior alcaldesa madrileña, el actual papa siempre ha mostrado tiranteces con la la Conferencia Episcopal española y con varios de sus cardenales, que tampoco muestran excesivo afecto hacia el argentino.
En Alcalá de Henares como Jorge Mario Bergoglio
Eso sí, antes de ser papa, Francisco vistió hábitos más humildes y durante tres meses, cuando todavía era el padre Jorge Mario Bergoglio y tenía 34 años, vivió en Alcalá de Henares entre 1970 y 1971, según la web del Vaticano.
Lo hizo durante su tercera probación en el colegio jesuita San Ignacio de Loyola de la localidad madrileña, para completar ese periodo espiritual que culmina la formación de los jesuitas, que dura entre 10 y 12 años y se cierra en este punto.
Fue hace mucho tiempo y apenas se conservan registros de esa estancia, salvo que, al concluir, la aprovechó para hacer un viaje por Navarra.
Doce años sin vuelos desde El Vaticano
La última visita de un papa a territorio español se produjo en 2011, cuando el recientemente fallecido Benedicto XVI, aún en el cargo, realizaba su tercer viaje a España, con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en la capital.
Un camino que abrió Juan Pablo II, quien fue el primer papa que viajó a nuestro país, llegando a hacerlo hasta en cinco ocasiones. En 1982 pisaba suelo español y se quedó durante diez días, en una visita que, por supuesto, incluyó Madrid. Sin embargo, su viaje más recordado a nuestra región es el quinto y último, en mayo de 2003, dos años antes de su muerte, cuando celebró una misa en la base aérea de Cuatro Vientos ante más de un millón de personas.
Ahora, justo una década después de que Bergoglio se convirtiera en papa, la pregunta es obvia. ¿Habrá que esperar otros doce años para que un Sumo Pontífice visite España?