“Ser o no ser, esa es la cuestión”, o en inglés, “to be, or not to be, that is the question”. Es la primera frase del soliloquio del personaje de Hamlet, príncipe de Dinamarca, de la obra de teatro del mismo nombre y escrita alrededor del año 1603 por el dramaturgo inglés William Shakespeare.
Esta frase, de una de las obras maestras de la literatura universal, representa la pregunta existencial de la experiencia humana, atribulada frente a las tensiones y emociones que se producen entre la voluntad y la realidad, de tal manera que la vida y la muerte se convierten en sendas opciones a considerar.
Hay sospechas de que Pedro Sánchez anda por los pasillos de la Moncloa con un cráneo humano en la mano preguntándose eso de “ser o no ser, esa es la cuestión”, porque su gobierno navega sin motor y a la deriva.
Ayer pudimos ver a diputados del PSOE y de Podemos descalificarse desde la Tribuna del Congreso; al portavoz socialista del Congreso calificando de irresponsables e impresentables a sus propios socios; a una parte del Ejecutivo central modificando una ley del Ejecutivo con la otra parte del Ejecutivo votando en contra; y lo que más sorprende: al Gobierno aprobando una ley de igualdad a espaldas del Ministerio de Igualdad.
Y ante todo esto, Sánchez, el gran presidente, desaparecido.
No es difícil que los españoles nos hagamos la siguiente pregunta: ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar esta situación? Estamos ante un Gobierno en ruinas y España, y los españoles, no podemos estar en esta situación todo el año.
En todo este tiempo, mientras han sido beneficiados más de 700 delincuentes sexuales, el Gobierno no ha sido capaz de ponerse de acuerdo para arreglar la chapuza. Ha tenido que ser el PP el que con sus votos lo lleve a cabo y sin pensar en posibles réditos, sólo en lo mejor para las mujeres de nuestro país.
Otro de los focos de la “perplejidad gubernamental” es el caso del Tito Berni. Cuanto más conocemos del entramado, más claro queda que es necesaria una comisión de investigación. Aunque el PSOE diga que está todo aclarado, lo ético y racional sería que el propio Congreso abriera una investigación para que su imagen y credibilidad no se pusiera en duda.
Hay muchas sospechas y cada día que pasa se aumentan, por eso creo que los españoles deberían saber: ¿cuándo se enteraron del caso? ¿existió algún chivatazo? ¿por qué dijeron que el despacho ya lo había ocupado otro diputado y luego que había estado cerrado bajo llave? ¿Por qué se negaron en un primer momento a que la policía pudiese registrar el despacho? ¿por qué Fiscalía pidió prisión para un acusado y dejar en libertad al diputado, cuando la jueza dijo que esto suponía un riesgo de que destruyese pruebas? En los últimos meses, el PSOE, con Sánchez a la cabeza, se ha visto implicado en el caso Mediador, del que parece que nos queda aún mucho por conocer.
El Gobierno de Pedro Sánchez es el primer gobierno de España en rebajar los estándares de lucha contra la corrupción, modificando el delito de malversación. Este Gobierno ha pasado de la decepción a la deriva, de la deriva a la decadencia, de la decadencia a la degeneración y, todo esto, se les debería ahorrar a los españoles y convocar elecciones cuanto antes.
Pero mientras tanto, en el Palacio de la Moncloa anda por los pasillos un…
“Ser, o no ser, ésa es la cuestión.
¿Cuál es más digna acción del ánimo,
sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta,
u oponer los brazos a este torrente de calamidades,
y darles fin con atrevida resistencia?
Morir es dormir. ¿No más?
¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron
y los dolores sin número,
patrimonio de nuestra débil naturaleza?”
William Shakespeare (1564-1616). “Hamlet, príncipe de Dinamarca”