Ni las pancartas, las manifestaciones, las declaraciones histriónicas de los líderes madrileños de la izquierda radical y populista, ni las manifestaciones de los ministros del Gobierno de la nación y del propio Pedro Sánchez, pueden ocultar la reciente declaración e informe de la Unión Europea que sitúa a la Comunidad de Madrid como la primera región de España y más competitiva en la UE en materia de salud.
Y esto es mucho, aunque nunca ha de hacernos caer en la complacencia, en una región atacada y castigada por no servir ni servirse a las políticas radicales del Gobierno presidido por Pedro Sánchez, el mismo que está salpicado de escándalos y con varios ministros más que cuestionados. El mismo que quiere revisar nuestra historia, nuestro régimen político y hasta nuestro ámbito familiar.
La Comunidad de Madrid no solo sobrevive a los ataques del Gobierno y hace bueno el lema “comunismo o libertad”, sino que además sobresale por sus índices de calidad de los servicios públicos, sus datos económicos y su nivel de convivencia en el marco del absoluto respeto a nuestro ordenamiento jurídico y la defensa de nuestras instituciones.
La izquierda radical y populista, que amenaza constantemente con poner todo patas arriba, no puede soportar que internacionalmente se reconozca que Madrid sea la primera región europea con una ciudadanía más saludable, en un reconocimiento y espaldarazo al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, a la Sanidad madrileña y, por supuesto, a todos los madrileños.
Un informe que además que tiene en cuenta otros factores, como infraestructuras, estadísticas de esperanza de vida, tasa de suicidios y, en general, índices de bienestar, salud y calidad de vida. La Comunidad de Madrid, además, es considerada como la mejor región para vivir y trabajar.
Esta es la realidad, y no la que intenta manipular desde la izquierda madrileña, agarrados a una pancarta como un salvavidas que, sin embargo, no evitará su hundimiento en las próximas elecciones de mayo.