Desde hace años, la capital está modificando su fisonomía urbana para dar lugar a una ciudad más sostenible en el presente y, sobre todo, sentar las bases de la ciudad del futuro.
En este sentido, el desarrollo urbanístico más reconocible es sin duda Madrid Nuevo Norte, el proyecto de regeneración urbana más relevante de Europa, que ya está en marcha.
A este se le sumará el que, de momento, se conoce como Madrid Nuevo Sur, ubicado en la zona comprendida entre Delicias, Méndez Álvaro, Abroñigal, San Diego y Entrevías, y para el que ya se ha lanzado un concurso de ideas de cara a su ejecución.
Y otro de los desarrollos urbanísticos que podemos decir llegará de manera más inminente es la Solana de Valdebebas el proyecto que transformará más de un millón de metros cuadrados distrito de Hortaleza.
La Junta de Compensación supervisará la ejecución del proyecto, que incluye la construcción de áreas comerciales, equipamientos públicos y casi 300.000 metros cuadrados de jardines y zonas verdes. El plan urbanístico costará más de 74 millones de euros y se espera que se complete en 24 meses.
De tierra de cultivo a zona urbana del futuro
Antes de convertirse en un atractivo para promotoras y cooperativas de viviendas, la Solana era una tierra dedicada al cultivo entre La Moraleja y el parque de Valdebebas. Esta nueva intervención contempla la ordenación de las edificaciones de manera que el paisaje urbano se integre con el medio natural, permitiendo vivir una experiencia directa con los ritmos de la naturaleza.
La actuación tendrá como eje central el espacio público, el cual se potenciará con corredores verdes, itinerarios peatonales, carriles bici y áreas para deporte, compras de proximidad y juegos infantiles.
También la movilidad peatonal y ciclista se verá favorecida, y se preservará el arroyo de Valdebebas y sus vaguadas, además de preverse una ampliación del parque forestal y un nuevo trazado para la vereda de los Toros.
La Solana también albergará 1.400 viviendas que contarán con vistas privilegiadas y brisas naturales gracias a la preservación de las laderas y pendientes. Este proyecto apuesta por el urbanismo sostenible y y el respeto de los valores medioambientales para transformar este terreno agrícola en un nuevo barrio para los vecinos del norte de Madrid.