Lograr que toda la ciudad sea soberana energéticamente. Ese es el objetivo que tiene el Ayuntamiento de Rivas desde que hace unos años comenzó con la compra directa de energía. Entonces, a finales de 2017, el Consistorio decidió suprimir a las empresas intermediarias y acudir a la compra de energía directamente de quien la produce, el mercado mayorista; logrando desde ese momento un ahorro de casi dos millones y medio de euros. Más de dos millones de euros que se pueden destinar a otros servicios públicos gracias a independizarse de las eléctricas.

Cuando tomó esta determinación, Rivas se convirtió en el primer municipio de la Comunidad de Madrid y el tercero de España en apostar por este innovador modelo, una posición que mejoró en 2019, situándose la ciudad como la primera del país en incorporar el 100% de sus edificios y dotaciones municipales a la compra directa de energía. Este modelo se basa en la adquisición de energía con la asistencias de técnicas expertas de Rivas, que acuden de manera directa al mercado mayorista para luego facturar la energía al Consistorio

De esta manera, además, el Ayuntamiento de Rivas ha podido hacer frente a la notable subida del precio de la luz de los últimos meses, partiendo de una posición más favorable que la mayor parte de entidades locales.

Cuatro millones de euros en consumos eléctricos en 2022

Así, el año 2022 se cierra con cuatro millones de euros en consumos eléctricos, una suma que, según las estimaciones, se hubiese incrementado hasta los nueve o diez millones de euros si el Consistorio no hiciera la compra directa de energía. Este proceso, por otro lado, no solo repercute en un ahorro económico sino que permite optimizar el consumo y avanzar hacia una cada vez mayor eficiencia energética.

Si en el año 2012, teniendo Rivas 75.000 residentes, se consumían alrededor de catorce millones y medio de kilovatios, diez años después, con casi 100.000 residentes, esta cifra desciende hasta los nueve millones de kilovatios. Todo ello gracias, además, a las políticas de eficiencia en consumos que se han ido aplicando en los últimos años: sustitución de luminarias en vía pública y en edificios a led de bajo consumo, instalación de iluminación inteligente, sensores y sistemas domóticos que permiten controlar los recursos, programación de climatización en edificios, monitorización en tiempo real de consumos, eficiencia en fuentes ornamentales con horarios restringidos o, por ejemplo, en cuanto a los consumos de recursos informáticos y servidores municipales.

Apuesta por la fotovoltaica

Este camino hacia la consecución de la eficiencia energética se complementa con la instalación de placas fotovoltaicas en los edificios municipales. El Ayuntamiento, a día de hoy, hace frente a casi el 15% del total de su consumo energético a través de un de 1.800 placas solares, número que no para de crecer en los últimos años. Durante estos primeros meses de 2023 se instalarán en otros seis edificios e instalaciones, para tener un total de 30 dependencias cubiertas, entre otras, todos los colegios públicos de la localidad y parte del auditorio Miguel Ríos.

Con la producción que estas placas generan para el autoconsumo, y teniendo en cuenta el precio actual de la electricidad, el Ayuntamiento estima un ahorro de más de medio millón de euros al año para las arcas municipales.

Las instalaciones, en busca de lograr esta soberanía energética, además, permiten que el excedente de producción en horarios con poco o nulo consumo pueda ser enviado a la red de distribución con el consiguiente beneficio en materia de ahorro energético.

La eficiencia energética en los colegios

Apenas unos meses después de la decisión de acudir a la compra directa de energía, el Ayuntamiento ripense, en el marco de las políticas de lucha contra el cambio climático, de ahorro y eficiencia energética, sostenibilidad ambiental y educación en valores, puso en marcha un proyecto que llevaba años desarrollándose en algunos países: el 50/50.

Dicho proyecto consiste en la generación de equipos de trabajo en los diferentes centros educativos, con representación de toda la comunidad escolar, que buscan poner en marcha mejoras y cambios de hábitos de usos con el objetivo de ahorrar energía y agua año tras año, iniciando la convocatoria de los primeros Premios 50/50 en el curso 2018-2019, continuando vigente este programa a día de hoy.

De esta forma, los colegios participantes pueden destinar el 50% del dinero ahorrado en consumos energéticos y de agua a aquellas actuaciones que el propio centro elija, mientras que la otra mitad será utilizada por el Consistorio para establecer mejoras en la eficiencia energética a través de inversiones municipales en esos mismos centros.

El éxito de este proyecto es fácilmente cuantificable. Durante el último curso, 2021-2022, los colegios de Rivas participantes lograron ahorrar en el consumo de energía 57.300 euros, una cifra muy por encima de los 32.000 del curso anterior y de los 48.000 del curso 2019-2020.

Los últimos niveles de ahorro alcanzados supusieron la reducción de 5,70 toneladas de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, todo ello teniendo en cuenta los precios tan elevados que alcanzó la energía durante el último año.

La apuesta de Rivas por el autoconsumo y el ahorro de energía no se circunscribe únicamente a los edificios y dotaciones municipales, sino que busca además que este reto pueda abordarse también desde las viviendas y comercios de la ciudad, a través de la Oficina de Transformación Comunitaria.