2022 no ha sido un año sencillo para nadie. A los retos arrastrados de los meses anteriores, como los últimos coletazos de la pandemia, se han sumado otros sumamente exigentes como la guerra en Ucrania. Pese a todo, en BBVA siguen mirando con optimismo de cara a este recién estrenado 2023, centrados en los objetivos de sostenibilidad o digitalización, los cuales desgrana su presidente, Carlos Torres Vila, además de darnos su visión sobre el balance del pasado año.
El año pasado hablábamos de los retos que tenía BBVA para 2022. Cerrado el año, ¿qué balance haces del ejercicio?
2022 ha sido un curso de mayor dificultad, incluso de la que esperábamos hace un año, pero el balance para BBVA ha sido muy bueno, por la fortaleza de las franquicias que tenemos en todo el mundo. Y eso nos ha permitido crecer rentablemente.
Hemos añadido más de 11 millones de clientes en todo el mundo. Además, con una satisfacción cada vez mayor por parte de nuestros clientes con el servicio que damos, en todos los países. Y, aunque todavía no hemos presentado las cifras del año completo -lo haremos dentro de un par de semanas-, si miramos las cifras en el mes de septiembre, vemos crecimientos muy relevantes en inversión crediticia, creciendo a doble dígito, o el beneficio atribuido, creciendo casi un 50%.
Destacan especialmente México, donde seguimos siendo líderes, y hemos fortalecido el liderazgo a pesar de la irrupción con fuerza de bancos digitales, de «neobancos», gracias a las plataformas digitales que hemos construido y, de hecho, somos, la mayor y mejor fintech de México, aparte de ser el banco líder. Y en España, donde, tras un periodo largo de muchos años de «desapalancamiento», hemos visto un fuerte crecimiento de actividad y también de beneficio atribuido en niveles que no habíamos visto en 12 años. Eso, en la parte de crecimiento rentable, nos lleva a ser líderes en rentabilidad y en eficiencia a nivel europeo.
También ha sido un año bueno para la remuneración al accionista. Hemos culminado el programa de recompra de acciones de 3.100 millones de euros, uno de los mayores de Europa. Y, en cuanto al dividendo, si tenemos en cuenta el beneficio esperado por el consenso para el conjunto del año, y teniendo en cuenta también la política de ‘payout’ del 40% al 50% que tenemos establecida, esperamos que el de este año supere con creces el del año pasado, de 31 céntimos de euro, que ya fue el mayor dividendo en efectivo que hemos pagado en la última década.
Todo esto ha llevado también a una buena evolución de la cotización del banco en Bolsa. En el año hemos aumentado un 15%, teniendo en cuenta los dividendos pagados también, que compara bien con un 2% equivalente para el conjunto de la banca europea. Y, si miramos más atrás, en los últimos cuatro años, la evolución ha sido también muy buena, de una revalorización incluyendo dividendos del 65% en el caso de BBVA, que compara con un 35% equivalente de la banca europea o un 5% de la banca española.
Ha sido asimismo un año de avances para la plantilla en 2022. Hemos consolidado el modelo de teletrabajo, un modelo de trabajo híbrido, flexible. Hemos sido una de las primeras empresas en hacerlo. Hemos fijado el objetivo de que un 35% de los puestos directivos los ocupen mujeres ya el año que viene, y hemos tomado medidas para mejorar el poder adquisitivo de la plantilla en todos los países. En el caso de España, con medidas adicionales que mejoran las del acuerdo de subida salarial sectorial.
¿Desde el punto de vista estratégico, que destacarías del año 2022?
Ha sido un año de avances significativos. En el plano estratégico, en algunos temas concretos, como el que hayamos alcanzado un 86% de participación de nuestro banco en Turquía, un mercado estratégico para nosotros; como en temas más estructurales en los dos ejes claros de nuestra estrategia. En el de la innovación, hemos sido pioneros en digitalización y continuamos viendo grandes ventajas que estamos aprovechando de estar al frente de la innovación. Algunos ejemplos serían la compra de una participación relevante en un neobanco en Brasil o la evolución de nuestro banco en Italia, donde contamos ya con más de 160.000 clientes, una evolución que supera claramente las previsiones iniciales que teníamos.
La creación de BBVA Spark, la división que da servicios financieros a empresas innovadoras, a las empresas que están definiendo el futuro y muchos otros ejemplos, como también la incorporación de talento tecnológico: más de 2.000 ingenieros de software. Y también ha sido un año de avances en el otro eje de la estrategia, que es la sostenibilidad, donde ya contamos con objetivos de descarbonización en seis de los sectores que más emisiones tienen. Son objetivos para el año 2030, en nuestro camino para alcanzar cero emisiones en el año 2050. Hemos triplicado el objetivo inicial de financiación sostenible hasta alcanzar los 300.000 millones. Y todo esto nos ha llevado un año más, por tercer año consecutivo, a ser líderes en el ranking de sostenibilidad del índice de Dow Jones Sustainability Index.
En definitiva, ha sido un año de avances en el campo estratégico. Antes repasábamos las magnitudes económicas y financieras, que también han sido muy buenas. Y todo esto ha sido gracias a la labor del gran equipo que compone BBVA. Gracias a su esfuerzo, gracias a su talento y a su dedicación. Y me gustaría agradecer a todos la forma en la que hacen las cosas, siempre guiadas por el propósito y los valores del banco. Me gustaría agradecer su compromiso, su espíritu de servicio al cliente, su espíritu de trabajo en equipo, que ha sido muy importante para conseguir todos estos logros en el año 2022.
Has mencionado la sostenibilidad. En el actual contexto de crisis energética, ¿en qué punto estamos de la transición hacia una economía descarbonizada?
La descarbonización es irrenunciable. Pero es un reto de gran magnitud que es posible lograr si conseguimos movilizar los recursos que canalicen las inversiones que permitan que el mundo funcione sin emisiones. Y para eso necesitamos mecanismos y regulación que incentiven esa inversión, sobre todo desde el sector privado. La buena noticia es que estamos viendo ya una ola de innovación espectacular, buscando soluciones a problemas complicados como poder fabricar acero sin emisiones, poder fabricar cemento sin emisiones, poder capturar CO2 del aire y almacenarlo o buscar formas de energía novedosas, distintas: la fusión nuclear y muchos otros campos donde esa innovación, esa ola, está desarrollándose. Por eso BBVA invierte en estos campos y en estas tecnologías a través de fondos de capital riesgo como Lowercarbon o Hy24 y algunos otros. Y eso nos ayuda a nuestro propósito fundamental de ayudar a nuestros clientes en su transición hacia un mundo sin emisiones, ayudándoles con asesoría, y así tenemos mejor entendimiento de lo que está pasando y de las posibilidades de la tecnología para resolver estos problemas, y también, por supuesto, con financiación, que es el corazón de nuestro negocio. Ayudar a nuestros clientes financiando sus planes de transición.
El año 2022 ha sido de nuevo un año complicado en materia social y económica. Cuando estábamos dejando atrás la pandemia, se produjo la invasión de Ucrania por parte de Rusia con graves consecuencias, tanto desde el punto de vista humano como económico. ¿Qué esperas para 2023?
Seguimos en un entorno de elevada incertidumbre. En el frente geopolítico has mencionado la invasión de Ucrania; tenemos también la situación de COVID todavía en China, en particular; tensiones comerciales entre distintas zonas del mundo. En el frente financiero, tenemos que ver cómo se desenvuelven los efectos de segunda ronda de la inflación, si eso puede llevar también a subidas adicionales de tipos de interés o a mayores tensiones financieras. Y, en el campo de la desigualdad social, que puede ir en aumento en la medida en que los efectos de la inflación son asimétricos: afectan más a los que menos tienen. Dicho todo esto, es verdad que los datos recientes están viniendo mejores de lo que se esperaba. Esperemos que eso continúe, pero no tenemos que bajar la guardia. Los episodios de inflación suelen ser duraderos. Creo que lo que tenemos que seguir trabajando son las recetas que sabemos que funcionan, las que fomentan el crecimiento sostenido a largo plazo. La inversión es fundamental, sobre todo la inversión privada. También la productividad y ahí es muy importante la educación, para fomentar esa mayor productividad, aparte de hacer competitivos, a través de reformas, los distintos sectores y, por supuesto, la sostenibilidad fiscal. El tener un buen plan en este entorno en el que las deudas de los países han subido de manera relevante y ahora suben los tipos de interés, la sostenibilidad fiscal siempre es importante, y en este contexto más aún. Dicho todo esto, podríamos ver un año 2023 que vaya, ojalá, de menos a más a medida que se disipan las incertidumbres que tenemos, sobre todo, si lo hacen en positivo. Y que nos lleve, por tanto, a crecimiento, que es el caso que esperamos: que haya crecimiento en el año 2023 en prácticamente todos los países donde tenemos presencia, si bien es verdad que será un crecimiento menor que el que hemos visto en el año 2022.
Teniendo en cuenta el escenario que sugieres para 2023, ¿qué esperas para BBVA en este año que estamos empezando?
Para hacer frente al entorno de incertidumbre del que hablaba, BBVA cuenta con grandes fortalezas: la diversificación geográfica, con franquicias líderes en España, en México, en Turquía y en América del Sur; una estrategia centrada en las dos tendencias que están definiendo el futuro: la innovación y la sostenibilidad; y la fortaleza financiera de la que venimos hablando. Por eso, a pesar de la incertidumbre, en 2023 vemos un panorama de crecimiento para BBVA, un panorama de creación de oportunidades para todos nuestros grupos de interés. Empezando por los clientes, el centro de nuestra actividad. Nosotros jugamos un papel clave en la economía, porque a través de la concesión de crédito dinamizamos la actividad, sobre todo el crédito a empresas. Este año pasado hemos concedido más de 150.000 millones en nuevo crédito a empresas, cantidad que esperamos que sea superior en el año 2023. También nuestros accionistas, con una remuneración atractiva y creciente. A nuestros equipos, con oportunidades de desarrollo. Y, por último, y muy importante también, a la sociedad en su conjunto en este contexto de dificultad de tipos de interés crecientes e inflación, ayudando a los más vulnerables, no solamente desde el banco y con nuestra actividad, sino también a través de la labor que llevan a cabo nuestras fundaciones. En definitiva, en 2023, a pesar del entorno económico incierto, seguiremos creciendo y creando oportunidades para todos.