Los adultos, a veces, obviamos que los pequeños también tienen que ayudar en las tareas de la casa. Uno de los beneficios fundamentales de ayudar y de distribuir tareas de la casa entre todos los miembros, es el correcto desarrollo cognitivo de los más pequeños.
Por eso, cuando escuchamos la frase “hay que enseñarles a ayudar desde pequeños” es porque es fundamental para enfocar de manera positiva y correcta la crianza de los niños.
El que los niños ayuden en casa es importante y beneficioso para la familia, pero muchos padres os preguntareis cómo debéis enseñar a vuestros pequeños a ayudar. Pues bien, aquí vamos a daros algunos consejos para que hagáis que las tareas domésticas se conviertan en actividades familiares.
ELIMINA EL PROGRAMA DE TAREAS DOMÉSTICAS
Poner un programa de tareas sin más en la nevera no es una buena opción. Los niños deben aprender a leer la situación y ver cuando hay que hacer y el qué.
Al fin y al cabo, pegar un programa en la nevera puede impedir que el niño aprenda a ser una persona servicial, porque el objetivo de que ayuden en casa es que los niños aprendan a conocer y a prestar atención a lo que les rodea y que es lo que deben hacer en cada caso.
El objetivo es que los más pequeños ayuden voluntariamente en casa, sin necesidad de órdenes directas o indirectas para que recojan o limpien.
Por eso, utilizar un programa no ayuda. Los programas lo único que hacen es hacer ver a los niños que solo hay que hacer una tarea en concreto y en un momento concreto.
Por lo tanto, si queréis que vuestros hijos aprendan dejar que colaboren desde bien pequeñitos en las tareas domésticas.
NO ORDENES NI OBLIGUES A NADIE
Para que los niños ayuden en casa no obligues a estos a que hagan algo. Utilizar las amenazas o los castigos como recurso para que hagan algo, es lo peor que podéis hacer.
Vuestros hijos deberán aprender a que las tareas de casa es algo rutinario que siempre hay que hacer. Podéis dejarles observar cuando son muy pequeños y después, animarlos a que ayuden cuando sean un poco más mayores.
Cuando son muy pequeños podéis enseñarles y pedirles que ordenen sus zapatos o que recojan sus juguetes. Cuando se hagan un poco más mayores podéis mostrarles cómo se realizan algunas tareas más complicadas para que luego las hagan ellos.
Nunca trates de obligar al niño, no le grites y, sobre todo, no le castigues si no lo hace. Todo esto puede retrasar su desarrollo y puede crear una conducta negativa en su desarrollo como persona.
TEN PACIENCIA
La paciencia es algo que los adultos perdemos muchas veces, pero en estos casos hay que ser muy paciente. Aunque le cueste hacer algo, aunque lo haga de forma distinta, no pasa nada. Nunca pidáis a vuestros hijos que hagan algo y a mitad de la tarea le digáis que no siga.
El primer día hacer una demostración de cómo debe hacerlo y después le dejáis que haga lo mismo. Así, poco a poco empezará hacerlo más rápido y de manera más eficiente. ¡Todos empezamos alguna vez desde 0!
HAZ QUE TODA LA FAMILIA PARTICIPE
Si tienes más de un hijo, haz que todos hagan algo. No evites a los pequeños y mandes hacer cosas de casa a los mayores. Todos tienen que ver que se trata de un trabajo en equipo, en los que todos tienen que formar parte.
Dejar al hijo pequeño sentado, mientras el mayor te ayuda es un error que muchos padres cometen. Esto puede causar rencor y malas relaciones entre hermanos, pues la mayor verá las tareas domésticas como un castigo y algo negativo, además de ver a su hermano pequeño como el hijo “favorito”.
Aunque por edad, debemos aplicar tareas de mayor dificultad, todos y cada uno de los miembros deberán de hacer tareas. Eso sí, aumenta el interés de tu hijo mayor por colaborar y ayudar en casa y, déjale que haga algunas tareas por sí solo. El pequeño, en cambio, puede realizar tareas más sencillas.