El quinto largometraje de la carrera cinematográfica del gran Luis García Berlanga fue ‘Los jueves, milagro’, una película cómica de 1957.
El largometraje narra la historia de un pequeño pueblo español, de la España de los años 50, que decide seguir el ejemplo de Fátima, Lourdes y otros lugares que habían prosperado y progresado gracias a las “apariciones religiosas”.
Las autoridades y “líderes locales” deciden simular una “aparición” (un milagro) que promocione su vetusto balneario local. Para ello, cinco personajes del lugar (el alcalde, el maestro, el médico, “el cacique-terrateniente” y el propietario del balneario) marcan como estrategia la aparición divina de un Santo local con la finalidad de revitalizar y promocionar las visitas al pueblo.
Uno de los promotores, cuyo papel interpreta el célebre Pepe Isbert, se hace pasar por San Dimas y, de esta manera, logra engañar con un “pobre” espectáculo de pirotecnia y luces a Mauro, el tonto del pueblo, de la realidad de la aparición.
En un principio, casi nadie se cree el relato del “tonto del pueblo”, Mauro, pero cuando al jueves siguiente vuelve la “aparición” en presencia de una mujer muy beata y especialmente piadosa, el pueblo acude al terreno donde se habían realizado las anteriores apariciones.
La puesta en escena resulta ser un caos y las gentes vuelven a casa decepcionadas, pero al tiempo aparece un personaje muy misterioso que se presenta a sí mismo como un mago que afirma y asegura ser capaz de llevar a buen término aquel “montaje”.
Con un espejo desde el campanario, ilumina «celestialmente» la figura de San Dimas y convence a un grupo de vecinos que se hagan pasar por enfermos. Con la complicidad del médico del pueblo, simulan una milagrosa recuperación al beber las aguas del balneario.
Sorprendentemente, otros habitantes del pueblo se curan realmente bebiendo las aguas de aquel manantial y se desata una verdadera epidemia de “fe”. Cuando los autores del engaño se arrepienten y confiesan lo sucedido, nadie los escucha, por lo menos hasta que acuden a la habitación donde se aloja el extraño caballero.
En aquella habitación descubren una carta en donde se dice que la figura de San Dimas del pueblo no se parece en nada a la realidad y se adjunta el verdadero retrato de San Dimas, que era ese hombre.
Pues sí, como saben todos ustedes, los plenos en la Asamblea de Madrid son los jueves y cómo estará la cosa que los partidos de la oposición necesitan ya un “milagro” como el de la película de Berlanga para cambiar el rumbo de esta legislatura.
No saben qué hacer. Unos días van de víctimas y se ponen mustios porque dicen que les insultan, mientras otros montan una gran algarada y se dedican a salirse, para luego a entrar, durante las sesiones plenarias bajo cualquier pretexto. Como si fuera el parlamentarismo un juego de niños.
Otros días se disfrazan, como en carnaval o en la fiesta de Halloween, y aparecen con exóticas camisetas de no sé qué… o hasta vestidos de los servicios de limpiezas. Pero la gota que colma el vaso es el ridículo de ir dejando lechugas (sí, sí, lechugas) en el escaño de la presidenta regional al más puro estilo adolescente, tipo película ‘Porkys’.
Mientras tanto, el Gobierno de la Comunidad de Madrid y el Grupo Parlamentario Popular en el Asamblea siguen trabajando por los madrileños y como ejemplo están las más de dieciséis iniciativas legislativas que se están tramitando o se tramitarán hasta el final de la legislatura. Ya lo sabemos: “Unos necesitan los jueves un “milagro” y otros seguimos trabajando”.