El concejal de Movilidad de Getafe, Carlos Enjuto, ha asistido junto a otros representantes y socios europeos, a la puesta en marcha en Lyón del proyecto ‘Decarbomile’, en el que Getafe será una de las ciudades piloto para la implantación de un proyecto europeo de logística de ‘última milla’ a través de la empresa municipal GISA.
El proyecto está financiado con fondos de la Unión Europea para el desarrollo de un sistema de distribución y entrega de mercancías en el último trayecto urbano, que reduzca las emisiones de carbono, y que desencadene una mejora sin precedentes de la logística verde de última milla en Europa.
El consorcio Decarbomile lo forman 31 entidades, de 10 países diferentes, entre las que se encuentran las ciudades como centros pilotos de pruebas, entre ellas, Logroño y Getafe, así como proveedores de tecnología, logística, procesos colaborativos, gestión de proyectos europeos y comunicación.
Se estima que este proyecto europeo esté acabado en 4 años, y va a suponer una inversión de 9,5 millones, de cuales, 8 millones están financiados por Europa. Getafe recibirá unos fondos de 107.312 euros para cubrir los costes de personal y el equipamiento de un ensayo de implantación de un Micro-Hub, como centro de entrada-salida de mercancías, desde donde se realizará su distribución urbana en última milla, y varios City-lockers, o casilleros de guarda y reparto, incluyendo aparcabicis.
Zona de Bajas Emisiones
Con más de un año de antelación, el Ayuntamiento de Getafe ha comenzado a trabajar en la implantación de una Zona de Bajas Emisiones, tal y como establece la normativa europea para ciudades de más de 50.000 habitantes. La ciudad cuenta para ello con 2.507.858 euros procedentes de los Fondos Europeos a través del Gobierno de España.
Getafe apuesta por un modelo comprometido con el medioambiente, pero igualmente consensuado con la ciudadanía y cercano a las necesidades de los vecinos. Se está llevando a cabo un proceso de consulta y escucha sobre las prioridades de movilidad de diferentes colectivos, desde los centros educativos hasta los comerciantes, pasando por supuesto por los vecinos y las familias.
Además se estudiará cualquier circunstancia que no esté contemplada, recogiendo propuestas de entidades, colegios y comerciantes, de forma que la Zona de Bajas Emisiones cuente con el respaldo de la ciudadanía y permita cumplir con los objetivos de reducir la contaminación, así como calmar el tráfico y optimizar los aparcamientos.