«Putas, salid de vuestras madrigueras, conejas… sois unas putas ninfómanas, os prometo que vais a follar todas en la capea, ¡vamos Ahúja!». Las palabras que han revolucionado a un país entero. Un video donde unos adolescentes del Colegio Mayor Elías Ahúja de Madrid, anexo a la Universidad Complutense, lanzan estos gritos de odio a sus “novias, primas o amigas”, las residentes del Colegio femenino Santa Mónica, justo enfrente. El alumno que inició estos cánticos ha sido expulsado y se estudia la salida del Colegio Mayor de más residentes que estuvieron implicados.
El controvertido video publicado en la plataforma social TikTok fue grabado el anterior domingo y en escasas horas se viralizó masivamente. Estas palabras de odio no solo han llegado a nuestros oídos, sino que también han llegado a los políticos españoles que han hecho de ellas un circo social.
En estos días el Congreso ha focalizado su actividad en las críticas a este grupo de adolescentes, donde se les ha criminalizado y ha expuesto a un foco mediático al que no están preparados, ya que apenas superan los 18 años. Se ha podido ver cómo han sufrido una persecución social a las puertas de su propia casa.
Los residentes no han sido los únicos que han gritado en la noche madrileña, las colegialas del Santa Mónica también hicieron sus tradicionales cánticos. A lo largo de esta semana han afirmado que todo se trataba de un acto pactado, en tono humorístico y que ninguna de las partes se ha sentido ofendida en ningún momento. Estas palabras no reflejan los valores morales y éticos de cada uno de los residentes, como ellos argumentan.
¿Hasta qué punto podemos justificar todo tipo de actos por ser una tradición? ¿acaso el humor avala todo tipo de palabras vejatorias? Aunque se tratan de actos con solera que llevan haciendo muchos años, pero la sociedad avanza y actualmente hay que dejar de tolerar ciertos actos, considerados anteriormente habituales.
«No podemos tolerar estos comportamientos que generan odio y atentan contra las mujeres. Es especialmente doloroso ver que los protagonistas son personas jóvenes”, ha escrito el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esto hace replantearnos si la educación de los jóvenes es la adecuada y si se trata de un acto esporádico o que involucra a toda la juventud.
«Necesitamos educación sexual integral para que todos los niños y niñas aprendan que tratar bien está bien y tratar mal está mal», ha manifestado la ministra de Igualdad, Irene Montero. Siguiendo con este hilo, la educación en las aulas y someter a debate estos temas debería de ser clave para formar a unas futuras generaciones, que, con el actual clima de odio de la sociedad, sus ideologías están siendo cada vez más radicalizadas.
No se trata de ángeles ni demonios, son chavales que lo han hecho mal y que deben de mejorar sus actitudes, pero no de la manera en la que se está haciendo. Un linchamiento social que puede afectarles a su futuro y a su estado psicológico. Hoy a la mínima con un video viral de estas características quedas señalado para toda la vida, y una niñería de dos minutos te condiciona una vida entera.