Aunque agosto es el mes por excelencia de las fiestas patronales, lo cierto es que, en la Comunidad de Madrid, muchas celebraciones tienen lugar en el mes de septiembre, alargando el verano unas semanas más. Son, por tanto, fechas de muchos desplazamientos, hecho por el cuál el Gobierno regional ha activado el servicio de paradas a demanda en las líneas nocturnas de autobuses interurbanos con motivo de las mencionadas fiestas.
La iniciativa está dirigida a mujeres y menores de edad que viven en municipios de más de 10.000 habitantes, y está disponible en 42 líneas de autobús. El objetivo de este servicio, tal y como ha indicado el consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez, «es garantizar que estos colectivos puedan volver de una manera segura a sus domicilios. Este sistema se enmarca dentro de la estrategia del Gobierno regional de impulsar una cultura del uso del transporte público seguro».
Las empresas concesionarias que prestan servicio por la noche y que más solicitudes han recibido durante este año son: Madrid – Valdelaguna – San Martin de la Vega, con 1.390; Madrid- Leganés- Fuenlabrada, 1.026, y Madrid- Parla- Yuncillos, con 902. Entre las líneas, la N806 que conecta Atocha con Parla ha sido la de mayor demanda, más de 900; la N301 que une Conde de Casal con Rivas-Vaciamadrid, 689; y la N904, que circula desde el intercambiador de Moncloa con destino a Torrelodones, Galapagar y Colmenarejo, con 674.
Extremar la seguridad de los usuarios
Para que las paradas se lleven a cabo con la máxima seguridad solo pueden solicitarse en un punto incluido en el itinerario de la línea, que debe encontrarse además en el ámbito urbano. Los usuarios deben comunicar personalmente al conductor, con una parada de antelación, el lugar donde desean bajarse y situarse en la parte delantera del autobús, ya que deben descender por ella.
Asimismo, en el lugar que se realice la detención, la acera debe tener una anchura mínima de 1,5 metros y, en caso de necesitar utilizar la rampa para sillas de ruedas, el chófer indicará si existen las condiciones necesarias para poder desplegarla. En caso negativo éste propondrá un punto de bajada alternativo que sí las reúna. El criterio del conductor prevalecerá, por tanto, a la hora de producirse la bajada de los viajeros.