Agosto es el mes del «éxodo» en Madrid. Después de un año de duro trabajo y aguantar rutinas, llega el momento de la recompensa en forma de vacaciones y, como cada año (máxime después de los dos estíos con restricciones a causa de la pandemia), las zonas costeras son uno de los destinos preferidos de los madrileños.
Pero, como con todo, siempre hay preferencias. La cercanía, el factor económico o la tranquilidad son algunos de los factores en los que nos fijamos a la hora de elegir la playa en la que descansaremos unos días. Y éstas son, según el informe realizado por la agencia de referencia en el estudio y posicionamiento SEO por el Eskimoz, las más demandadas.
Según los datos obtenidos, la población de Madrid busca especialmente zonas de la costa valenciana o de Andalucía, de los que podemos destacar cinco ubicaciones. La más habitual y que más se busca es Gandía, playa a menos de 500 kilómetros de la capital y que permite realizar una escapada en cualquier momento. Igualmente, las playas de Alicante también generan gran interés entre la población de la Comunidad de Madrid. La Malvarrosa, playa de referencia en Valencia, es la tercera más buscada.
Además de la costa valenciana, en Madrid también genera interés el norte. Concretamente Oyambre, situada en el Parque Natural de Oyambre y una de las joyas de Cantabria. Pero, lejos de los viajes de varias horas, otro de los destinos que más se barajan es el de Bolarque, cuyo embalse se encuentra entre Cuenca y Guadalajara. A pesar de no ser una playa como tal, las pequeñas zonas de arena y el agua azulada que se genera con el contraste de colores simular un escenario muy similar.
Las playas y ríos de Madrid, la otra alternativa
Por otro lado, cabe recordar que la Comunidad dispone de cuatro zonas de baño autorizadas, una de ellas con dos playas: Las Presillas en Rascafría; los Villares en Estremera; la playa del Alberche en Aldea del Fresno; el Muro y Virgen de la Nueva; ambas, estas últimas, en el Pantano de San Juan. Es, por tanto, otra alternativa para refrescarse, a las que se le añaden decenas de aguas naturales y pequeños pozos en ríos.