Una tarde calurosa de julio recibió a los fans de Rosalía que, por segundo día consecutivo, actuó este miércoles en el WiZink Center de Madrid. Miles de devotos de la cantante hicieron cola durante horas para disfrutar de las letras y del talento de la joven catalana. Han sido dos años muy duros para este tipo de eventos, pues el COVID lo paralizó todo y, tras mucha espera, podemos volver a disfrutar de los conciertos de la manera más habitual. Un concierto sin mascarillas y sin restricciones de aforo, algo que hacía tiempo que no se veía y que vuelve a formar parte de nuestras vidas.
Al evento acudieron personas de diferente tipo, sin patrones concretos es cuanto a las edades o apariencias. Es cierto que la mayoría eran jóvenes que gritaban emocionados en la calle: «¡Rosalía, Rosalía!», a la espera del comienzo del concierto. Sin embargo, a las puertas del WiZink también esperaban adultos, auténticos fans de la cantante, quien reúne a miles de personas sin importar su edad o gustos personales. La razón es que Rosalía tiene talento, y eso es algo que nadie puede negar.
UNA AUTÉNTICA MOTOMAMI
Hacia las 21:30 horas todos los fans estaban impacientes ya en sus gradas o en la pista, esperando a la joven, que comenzó el concierto puntual. »Chica, ¿qué dices?» gritaba la cantante al unísono con sus fans, dando paso a la canción que abrió el concierto, la primera del álbum de Motomami: Saoko. Rosalía apareció ante los miles de espectadores junto a sus bailarines, vestidos con trajes iluminados, en una coreografía perfecta que demuestra la dedicación total de estos y su compenetración con la cantante. Al finalizar la primera canción, Rosalía saludó a los asistentes »Buenas noches Madrid, ¿cómo estáis?», mientras los fans gritaban emocionados y saludaban a la artista.
El estadio del WiZink no hacía más que vibrar y cantar emocionado junto a Rosalía, quien decidió continuar con la famosa y querida Candy. Todos los fans cantaban al unísono, mientras la cantante se desvivía por combinar su voz y sus movimientos, pues no dejó de bailar ni un segundo. En todo momento se escuchaban alrededor comentarios como: »qué talento tiene esta chica» »canta y baila a la vez sin despeinarse», los asistentes estaban totalmente impresionados con el show. Tras estas dos primeras canciones siguieron Bizcochito y La Fama, la bachata que Rosalía compuso con el famoso cantante The Weeknd. Al sonar Bizcochito, ya no hubo manera de controlar al público, pues todos los asistentes se levantaron de sus gradas para bailar uno de los temas más rítmicos y alegres del álbum Motomami.
LA PERFECCIÓN DE LA VOZ Y LA COREOGRAFÍA
Pero no todo fueron canciones del nuevo disco, Rosalía honró a sus fans más fieles con canciones de sus primeros álbumes como Dolerme. En este momento, el público se relajó y escuchó atentamente a Rosalía, quien iluminaba el escenario tocando su guitarra y demostrando, una vez más, que no es una simple cantante. Sin duda, uno de los momentos más emocionantes y lacrimógenos de toda la velada, un momento de conexión profunda con la artista.
A las canciones de álbumes antiguos le siguió la famosa Motomami que, una vez más, puso en pie a todos los asistentes. Rosalía cantaba y bailaba con sus talentosos bailarines, en una coreografía perfecta y llamativa. Algo a destacar es que la cantante nunca olvida a estos profesionales, y les ofrece muchísimo protagonismo haciendo que aparezcan en cámara constantemente y felicitándolos frente a su público.
Tras la famosa Motomami llegaron canciones como la emocional Genio, un tema dedicado a su sobrino; Linda, su colaboración con Tokischa; y La noche de anoche, una de sus colaboraciones más exitosas, junto al famoso Bad Bunny. También sonó Diablo, canción muy esperada por el público, pues nada más escuchar las primeras notas, todo el estadio comenzó a cantar al unísono. Y, tras sonar Diablo, Rosalía siguió con Hentai. En este momento, las pantallas recrearon un campo, al estilo del típico fondo de pantalla de Windows, poniendo en el centro del escenario a Rosalía, quién también tocó el piano profesionalmente.
Tras ello, el concierto prosiguió con canciones de otros álbumes como Pienso en tu mirá, y colaboraciones de Rosalía con otros cantantes, como Relación o TKN. La cantante anunciaba el final del concierto con estas canciones, cantando grandes conocidas como Malamente. Pero Madrid no quería parar, así que la artista regresó al escenario tras las súplicas de los fans: »¡Otra, otra!».
LA ARTISTA QUE PONE A TODO EL MUNDO EN PIE
Rosalía regresó con cuatro canciones del último álbum, Como un G, Delirios de grandeza, Sakura y Cute, canción con la que finalizó el concierto dejando muy por encima las expectativas y llevando a los asistentes a la celebración absoluta. »Muchísimas gracias Madrid, nos vemos», gritó Rosalía al finalizar el concierto, con los fans agradeciéndola el espectáculo entre gritos y elogios como »¡Guapa!» »Eres una artista».
La joven catalana volvió a triunfar, por segundo día consecutivo, en el WiZink Center de Madrid. Los asistentes disfrutaron del concierto con tranquilidad, tras unos años llenos de restricciones para estos espectáculos. Jóvenes y adultos se reunieron en un evento que no dejó indiferente a nadie, una velada de la que solo se pueden deducir palabras como profesionalidad, éxito y talento. ¡Larga vida a Rosalía!