En una época en la que la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente son más importantes que nunca, todas las instituciones ponen de su parte para conseguir reducir la huella de carbono. Es el caso de la Comunidad de Madrid, que ha puesto en marcha un Plan de Autoconsumo en Metro de Madrid con proyectos para el autoabastecimiento y reducir el gasto energético, tal y como ha asegurado el viceconsejero de Transportes e Infraestructuras, Carlos Díaz-Pache.
Lo ha hecho durante su intervención en la mesa redonda El Impulso del transporte público, sostenible y eficiente a través de la colaboración público-privada que se celebra en la Feria Global Mobility Call 2022 en IFEMA. Díaz-Pache también ha enumerado varias iniciativas que muestran el esfuerzo tecnológico y de innovación que está realizando la compañía para consolidarse como un medio de transporte sostenible. «El suburbano instalará, por fases, placas fotovoltaicas en todos los depósitos que lo permitan. Las primeras estarán en los almacenes de Cuatro Vientos, Loranca y Fuencarral. Posteriormente se extenderá hasta un total de 13 más», ha indicado.
El viceconsejero también ha explicado que, de acuerdo a los primeros análisis, «la energía fotovoltaica que se podría llegar a generar anualmente en cada depósito sería de entre 2,6 a 2,8 GWh/año, un consumo equivalente anual de 2.500 hogares». «El objetivo es reutilizar la energía para dotar de electricidad a sus propias instalaciones y tracción a los trenes, así como lograr una reducción de emisiones de CO2″, ha afirmado.
El aprovechamiento de agua de escorrentía es otra de las iniciativas para conseguir un mayor ahorro energético. El agua, procedente el subsuelo, y que se filtra a través de los paramentos de los túneles, es canalizada por los sistemas de drenaje de Metro de Madrid y bombeada para su evacuación.
Celdas reversibles
Otra medida que se está poniendo en marcha en la red del suburbano es la instalación de celdas reversibles. Su función es recuperar la energía devuelta por los trenes durante el proceso de frenado. Esta energía es inyectada en la red interna de alta tensión, para que pueda ser consumida por otros receptores como escaleras mecánicas, ascensores, alumbrado, sistemas de ventilación, otros trenes, etc.
Metro ya tiene implantadas cuatro, de una potencia de 2 MW cada uno, en los Centros de Tracción de La Moraleja, La Peseta, Hospital de Móstoles y Barrio del Puerto. En la estación de Aeropuerto T1-T2-T3 está previsto que también se instale, y en una segunda fase se colocarán seis más en las líneas 2, 3, 7,10 y 12. Cuando estén los 11 fijados se podría recuperar anualmente la energía equivalente a la consumida por unos 750 hogares medios.
Gestor Inteligente de Ventilación (GIV)
Por último, Díaz-Pache ha mencionado el gestor inteligente de ventilación que dispone Metro de Madrid en sus instalaciones. Este sistema, que lleva funcionando desde 2018, controla los ventiladores de forma individualizada cada 8 horas decidiendo la mejor programación y equilibrando los parámetros de calidad del aire con el coste energético. Antes se hacía de forma manual, mediante horarios estáticos predefinidos de funcionamiento en cada estación climática. Desde su puesta en marcha, hasta enero de 2022, ha supuesto un ahorro energético de 4 GWh acumulados.