Aunque el proceso de equiparación entre hombres y mujeres sigue en marcha, lo cierto es que aún quedan muchos pasos por dar, en todos los sectores. Uno de ellos es el deporte, tal y como se desprende del estudio ‘La Situación de las Mujeres en el Deporte Madrileño’, elaborado por la Asociación para Mujeres en el Deporte Profesional y el Ayuntamiento de Madrid.
En el mismo se refleja que solo tres federaciones deportivas madrileñas, de las 62 existentes, cuentan con una mujer en la presidencia y en la gerencia (5%). En estas tres federaciones, la representación de las mujeres es mayor, principalmente, en los puestos técnicos y, prácticamente, en todos los puestos de gobernanza.
El informe refleja asimismo que en seis federaciones no hay ninguna mujer en los puestos de gobernanza y en cinco no hay presencia de ellas en el cuerpo técnico. De hecho, una de las conclusiones del estudio indica que la representación de las mujeres en el tejido federativo madrileño es muy escasa tanto en los puestos de gobernanza como en los técnicos y que los datos de representación de las mujeres en todos los estamentos aumentan cuando la federación está dirigida por una mujer.
El deporte federado, también con cifras preocupantes
Tampoco son muy halagüeños los números de las mujeres que practican deporte federado. De hecho, en siete de las 62 federaciones madrileñas las licencias deportivas femeninas suponen menos del 10% del total.
No es ningún consuelo que la Comunidad de Madrid sea, con una representación del 27%, una de las regiones españolas con mayor número (en el total del país es de un 23%). Tampoco que el incremento de licencias femeninas en el periodo 2012-2020 sea mayor en la Comunidad de Madrid, con un 29%, que en el resto del país, donde dicho incremento es del 25 %. Porque, al final, el deporte federado madrileño tiene una representación de deportistas femeninas muy inferior a la masculina (27% mujeres y 73% hombres).
Por ello toca ponerse a trabajar y, entre las propuestas tras el diagnóstico realizado, se anima a que las federaciones tengan un Plan de Igualdad que serviría como hoja de ruta para incorporar a las mujeres en todos los niveles y estamentos de cada federación. Y, por otro lado, se propone visibilizar y empoderar a las mujeres que ya están en el tejido federativo para que sean referentes que animen a más mujeres a hacer del deporte su profesión.