El mundo gira de forma inevitable a lo electrónico. Eso lo vemos con más fuerza desde la aparición de las tragaperras online. Porque el casino fue uno de los primeros sectores en pasar a lo virtual.
Pero, en el año 2020 se vivió un gran cambio.
En ese año, el comercio electrónico creció exponencialmente. Solo en España ese incremento fue del 40%. Pero, en todo el mundo los números fueron muy similares. Un hecho que ha impactado en el medio ambiente.
Y, ¿por qué las compras por internet afectan el medio ambiente?
Porque al aumentar el consumo de productos que se entregan en la puerta de tu casa, también aumenta la demanda de plástico y cartón. Esto lo puedes comprobar por ti mismo al ver cómo están los tachos de basura un día después del Black Friday, por ejemplo.
Aunque esto no es todo.
El aumento de entregas de última milla y su impacto
Además del aumento de consumo de materias primas y contaminantes, hay otro factor de riesgo para el medio ambiente.
Las entregas de última milla. Que según un estudio del Foro Económico Mundial crecerá en un 36% para el 2030 en zonas urbanas. Y si te preguntas qué son estas entregas y su importancia. Te lo contamos.
Se les conoce como entrega de última milla a la parte final que recorre un pedido. Es el recorrido que hace desde el almacén a la puerta de tu casa. Esto ha aumentado las emisiones de CO₂ al ambiente, haciendo muy difícil reducir la huella de carbono sobre el planeta.
Entonces, dado que el aumento del comercio electrónico es irreversible e indetenible; ¿qué podemos hacer para solucionar esto?
Uno de los principales mecanismos que se tienen ahora son los llamados bonos de carbono. Con esto, los gobiernos tratan de incentivar a las empresas para que mantengan o reduzcan los niveles de contaminación a cambio de impulsos económicos.
Pero sabemos que esto no será suficiente.
¿Qué alternativas hay para reducir el impacto ambiental del comercio electrónico?
Queda claro que hay que hacer mucho más para reducir el impacto de las compras por internet.
En este sentido, una de las ideas es crear centros de distribución en las ciudades. Los llamados hubs urbanos permitirían reducir la contaminación generada al embalar los productos y la que generan los vehículos de entrega.
Así lo comentó Álex Brossa, gerente de Packaging Cluster, en una entrevista con la Cadena SER. Donde remarcó que:
«El ecommerce tiene que evolucionar en la manera en la que hacemos. A lo mejor, en lugar de recibir la prenda en casa, tienes que ir tú a recogerla a algún sitio cercano. Así es más eficiente la última milla y no tienes que hacer un sobre embalaje para proteger el propio producto».
Es una buena idea, pero sigue faltando algo.
Y es para muchos, la gran solución a esta problemática que genera la última milla. Hablamos de que toda la flota de entregas sea eléctrica, un paso que se ve lejano, pero augura los mejores resultados.
De hecho, el gigante del comercio electrónico, Amazon, trabaja en poner en la calle 100 mil unidades eléctricas para el 2030. A lo que hay que agregar que la empresa viene trabajando sus empaques con material reciclado y ha hecho grandes inversiones en energía renovable.
En definitiva, son varias las medidas que pueden tomar las empresas y nosotros como ciudadanos conscientes para disminuir el impacto ambiental. Tal vez caminar unas cuantas cuadras para recoger tu pedido no te haga daño.
Así ayudamos al planeta y a nosotros mismos.
Foto de Andrea Piacquadio en Pexels