La Semana Santa comienza en el municipio madrileño de Chinchón el Domingo de Ramos con misa y bendiciones. De forma tradicional, se va celebrando a lo largo de estos días, que evoca los últimos momentos de Cristo en la Tierra, su llegada a Jerusalén, su proclamación como salvador, su proceso y muerte, y su enterramiento y resurrección. Pero este enclave rural de la Comunidad de Madrid ofrece algo muy especial el Sábado Santo al anochecer, una Fiesta de Interés Turístico Nacional denominada ‘La Pasión de Chinchón’.
Nacida en 1963, esta iniciativa surgió de la idea de D. Luis Lezama, coadjutor del pueblo por aquel entonces, que recuperaba así la tradición de los autos sacramentales, tan ligados a la historia del municipio. La Última Cena marca el inicio de esta representación al atardecer, y se lleva a cabo en un balcón del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor. Ya caída la noche, en la plaza de San Roque, junto a la ermita del patrón del pueblo, se escenifica La Oración de Jesús en el Huerto y el posterior Prendimiento llevado a cabo por los romanos. Poncio Pilatos aparece en un balcón de la calle Molinos y seguidamente, en lo alto de la calle, se escenifica la Primera Caída.
Encuentro con la Virgen María, resurrección y ascensión
El la Columna de los Franceses, en la entrada de la Plaza Mayor, tiene lugar la Segunda Caída y el episodio de la Verónica que limpia el rostro a Jesús. Posteriormente, en otra entrada a la plaza, se representa la Tercera Caída y el encuentro de Cristo y su madre, la Virgen María y, seguidamente, la crucifixión y el entierro.
Uno de los momentos más espectaculares es quizá la Resurrección y Ascensión, momento en el que Jesús se eleva por la fachada principal de la Iglesia Parroquial de la Asunción, con una impresionante puesta en escena en la que el actor protagonista es izado mediante una polea rodeado de palomas y humo blanco. Esta escenografía en la Plaza Mayor, supone un marco incomparable en el que las luces y el sonido inciden aún más en el dramatismo de las secuencias.
Historia de La Pasión de Chinchón
Durante los años 60 del pasado siglo, las primeras representaciones eran más bien modestas, pero desde entonces la Pasión se ha ido perfeccionando y enriqueciendo cada año. En la actualidad, más de 240 vecinos colaboran en esta celebración, que cada año adquiere mayor popularidad y recibe a visitantes de incontables partes de España.
El vestuario y la decoración se han magnificado y potenciado en todo lujo de detalles y los medios de sonido, ambientación y luminotecnia son cada vez más adecuados a la narrativa.
Actualmente hay que destacar el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Chinchón, de la Consejería de turismo de la Comunidad de Madrid, de La Caixa y la Parroquia de nuestra Señora de la Asunción, además de la organización realizada por la Asociación Cultural Pasión de Chinchón. Como nombres propios, destacan D. Moisés Gualda Carmena, anterior párroco de Chinchón, quien amplió el guion original hasta dejarlo como está en la actualidad y Pilar Montero, directora de la Pasión durante casi 30 años.
Tradición arraigada en las raíces del municipio
Este ‘Vía Crucis’ viviente es el más antiguo de la Comunidad de Madrid y uno de los más vetustos de España, se desarrolla el Sábado Santo al anochecer y el pueblo, totalmente abarrotado de espectadores, se concentra en los lugares especialmente escogidos donde se representan las distintas escenas.
La Semana Santa es un momento perfecto para visitar Chinchón, lugar en el que Goya, Orson Welles, Claudia Cardinale o Wes Anderson han escrito parte de su historia y donde podemos encontrar, aparte de una magnífica gastronomía, lugares de amplio interés histórico. El Monasterio de los Agustinos-Parador de Turismo, la Torre del Reloj, el Castillo de los Condes o la iglesia de la Asunción de la Virgen, que, en 1812, fue pintada por el maestro de Fuendetodos, son sólo algunos de ellos.
La Pasión de Chinchón es, en resumen, un gran espectáculo popular de luz, sonido y arte dramático, que se desarrolla en el incomparable marco de sus calles y plazas. En su celebración, la fe cobra especial importancia y emociona a los visitantes que viven de forma apasionada este acontecimiento.