El Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, ha comenzado las obras de recuperación y rehabilitación del Estanque de las Campanillas, también conocido como Estanque Ochavado. Ubicado en el parque de El Retiro, se localiza al noroeste del Parterre, al que se accede por la Puerta de Felipe IV, situada frente al Casón del Buen Retiro. Es el único elemento original que se conserva en el parque.
Las obras incluyen la actuación sobre el vaso del estanque, así como en su muro perimetral, corrigiendo las deficiencias estructurales que se han visto agravadas no solo por el paso del tiempo, sino como consecuencia de la borrasca Filomena. Las labores de rehabilitación, que comenzaron a finales de marzo y tienen una duración aproximada de tres meses, están dentro del Contrato Integral de Mantenimiento y Conservación de Parques Singulares e Históricos.
El estanque presenta una planta de forma polilobulada, constituida por ocho semicírculos y una gruta de rocalla sobre un pedestal en el espacio central. En el frente de la unión entre esos lóbulos sobresalen unos mascarones con surtidores mirando hacia el estanque. Se encuentra cercado por una barandilla de hierro dividida en tramos, dispuesta sobre los lóbulos, sujetada en sus extremos de unión con diez machones de piedra de granito de sección cuadrángular.
Las actuaciones previstas incluyen la reconstrucción y corrección de las deficiencias estructurales de la lámina de agua. También se coserán las grietas del vaso con fibra de vidrio o aportes de ladrillo y se impermeabilizarán los paramentos con mortero flexible. Además, se realizarán trabajos de limpieza tanto de la base como de los paramentos, eliminando los residuos existentes para conseguir una base saneada y con textura de poros abiertos para que la impermeabilización sea más efectiva.
Asimismo, se sustituirán los equipos de bombeo de depuración y recirculación con la instalación de dos bombas, una de recirculación de la fuente central de rocalla y otra de los mascarones de granito. Además, se efectuará la inspección y verificación de todas las instalaciones en cuanto a tuberías de aspiración e impulsión.
Rehabilitación de la gruta de rocalla
La fuente cuenta en su centro con una gruta de rocalla situada sobre un pedestal que también va a ser rehabilitada. Se llevará a cabo el desmontaje ordenado de la rocalla superior y la estructura que la sustenta, utilizando el armazón de metal como plantilla para la elaboración de una nueva estructura siguiendo el trazado original, de medidas y composición similar a la existente.
También se procederá a la limpieza en seco del conjunto con equipos de presión controlada tanto de las piezas que han sido desmontadas como de las que permanecen en su lugar. Se reinstalará la rocalla retirada formando de nuevo la cubierta, siguiendo el modelo original. Además, se llevará a cabo el revestimiento e impermeabilización del conjunto con el fin de evitar la filtración del agua.
El origen del estanque
La fuente fue construida a principios de la década de 1630 en el jardín Ochavado, complemento del Palacio de El Retiro. Desde entonces ha sufrido diversas transformaciones que afectan, por un lado, a la profundidad de la fuente, actualmente reducida y, por otro, al elemento decorativo de su parte central que estaba poblado de aves acuáticas, gansos, patos y cisnes y contaba con un puente o pasarela con el que se accedía a la isleta central.
El elemento central con el tiempo fue deteriorándose hasta que tuvo que ser reconstruido en su totalidad en tiempos del reinado de Isabel II, con un estilo muy distinto al anterior. En ese periodo, se realiza una reforma en la que la torre que ocupaba el centro del estanque fue sustituida por un templete chinesco de donde colgaban una serie de campanillas que, debido a la acción del viento, emitían distintos sonidos, de ahí su nombre de Fuente o Estanque de las Campanillas.
El diseño del templete chinesco se debe al arquitecto Isidro González Velázquez, que en aquel momento se hacía cargo de los ‘caprichos’ que poblaron el Reservado. Fue destruido en 1886.
El estanque, tal y como lo conocemos ahora, se debe a una reforma realizada en el siglo XX, cuando se incorpora la gruta de rocalla actual. Desde entonces, ha sufrido mínimas transformaciones como la instalación de una depuradora en los años 80, el pintado del interior del vaso en distintos colores y sucesivos tratamientos de impermeabilización.