José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, considera que la Biblioteca de San Fermín que han inaugurado en Usera él mismo y la vicealcaldesa, Begoña Villacís, es un «homenaje para sus vecinos».
La Biblioteca Pública Municipal de San Fermín es un nuevo espacio cultural que nace tras un innovador proceso participativo, que durante varios años recogió las ideas y los deseos de los propios vecinos del barrio que, desde un principio, se sumaron al grupo de trabajo de técnicos municipales para contribuir al diseño y definición del equipamiento.
El alcalde ha recordado que «los vecinos de este barrio de San Fermín, desde hace muchos años luchaban y querían esta biblioteca» y nunca «dejaron de soñar con poder tenerla», por ello, considera que esta inauguración es un homenaje a ellos, que finalmente «han podido conseguir el equipamiento cultural imprescindible que necesitaban y reivindicaban».
Por su parte, Villacís la ha calificado de «biblioteca histórica precisamente por su ausencia, una biblioteca que es un triunfo porque es la culminación de una lucha vecinal que se ha mantenido viva durante décadas». La vicealcaldesa ha destacado la «extraordinaria» participación de los vecinos, que «quisieron decidir cómo era este espacio y que llevase el nombre de su barrio».
Edificio adaptado a los nuevos tiempos
Desde sus inicios, el proyecto se planteó como un edificio singular, que debía constituirse en símbolo cultural del barrio y recoger su historia. Ubicado en la avenida San Fermín número 10, este nuevo equipamiento se convierte en una de las bibliotecas más grandes de la ciudad con una superficie útil de 2.500 m2, además cuenta con un espacio circundante convertido en zona verde, biblioparque y terraza en la planta superior con un jardín sostenible.
El respeto ambiental y la eficiencia bioclimática son ejes en el diseño del edificio con una orientación norte abierta al jardín mediante una gran fachada de cristal y muros cerrados en las fachadas sur y oeste. El propio edificio genera la energía para mantener su actividad y reducir la huella energética mediante paneles fotovoltaicos instalados en la cubierta, dando lugar a lo que se conoce como edificio de consumo de energía casi nulo, a cuyo concepto de sostenibilidad se suman la jardinería y el aparcamiento de bicicletas.
El Ayuntamiento ha invertido 5 millones de euros en la construcción, instalaciones y equipamiento de este nuevo equipamiento cultural que se enmarca en el Plan Estratégico para la Red de Bibliotecas Públicas municipales, de los que dos millones provienen de fondos FEDER.
Espacios para todos los usuarios
Esta nueva biblioteca alberga diferentes espacios que dan respuesta a las necesidades de todos los tipos de usuario. Así, hay una gran sala infantil y bebeteca, una sala juvenil, espacios de convivencia y descanso, equipamiento tecnológico adecuado y espacios flexibles y versátiles que garantizan usos culturales variados e innovadores.
El edificio se organiza en cuatro plantas de forma rectangular, tres de las cuales se encuentran sobre rasante, y un sótano. En las diversas plantas del edificio, los espacios se distribuyen teniendo en cuenta los diferentes niveles de ruido (de mayor a menor, según se asciende), garantizándose de este modo una convivencia confortable, a la vez que una multiplicidad de usos.
En la planta baja se localiza la entrada, un espacio completamente diáfano, donde se encuentra el control principal de accesos, la zona de prensa y publicaciones, la zona de internet, un área de descanso, la biblioteca infantil-bebeteca y los despachos de los bibliotecarios.
En la planta primera se sitúa un mirador volado, la casita del árbol, el rincón más original y atractivo de la sala. En el espacio principal de la planta se localiza la sala de préstamo que cuenta con una sala juvenil y de comic, salas de trabajo en grupo y un espacio polivalente configurable mediante un sistema de paneles acústicos en dos espacios de menor tamaño y similares prestaciones.
La planta segunda está dedicada principalmente a sala de lectura, un gran espacio con numerosos puestos que se abre a una terraza transitable con una superficie ajardinada.
El resultado ha sido un equipamiento abierto y digital, que responde a las necesidades de los vecinos de San Fermín y que da identidad al barrio, ofreciendo un espacio funcional y dinamizador de diferentes actividades culturales. Una biblioteca que Almeida cree que “se va a convertir en un referente” y “un símbolo de la identidad del barrio de San Fermín y de los madrileños”. Para Villacís es “probablemente, la biblioteca más bonita que tiene la ciudad de Madrid”.