La Comunidad de Madrid ha presentado el nuevo Pasaporte de los Museos de Metro con el que incentivará las visitas de madrileños y turistas a los centros culturales del suburbano. Una iniciativa que ha presentado el viceconsejero de Transportes e Infraestructuras, Carlos Díaz-Pache, junto con el viceconsejero de Cultura y Turismo, Daniel Martínez, en la estación de Chamberí.
Se trata de un producto con el que el suburbano propone al viajero una ruta cultural por las ocho principales joyas con las que cuenta en sus casi 300 kilómetros de red, que forman parte de la historia de la capital de los últimos cien años.
Cualquier usuario puede conseguir un pasaporte en la estación de Chamberí, en la Nave de Motores o en la exposición de trenes históricos de Chamartín y, a partir de ahí, visitar el resto de la oferta: vestíbulo de Pacífico, Museo de la estación de Gran Vía, vestíbulo de Tirso de Molina, el Centro Paleontológico de Carpetana y el Museo de los Caños del Peral de la estación de Ópera.
“Metro pondrá un sello por cada una de las visitas realizadas, pudiendo rubricar directamente en los siguientes espacios: Nave de Motores, Chamberí y la exposición de trenes históricos de Chamartín. Para el resto de espacios deberá hacerse un autorretrato con el móvil donde se vea claramente qué han visitado: el vestíbulo de Pacífico, el vestíbulo de Tirso de Molina, Museo de Gran Vía, yacimiento Paleontológico de Carpetana y Museo de los Caños del Peral en Ópera”, ha explicado Díaz-Pache.
Una vez completada toda la ruta cultural que se propone en el pasaporte, los usuarios podrán acudir con su documento sellado a las tiendas de Metro de Sol y Plaza de Castilla y allí obtendrán una recompensa.
A la hora de hacer las visitas se debe tener en cuenta que, en el caso de la estación de Chamberí, Nave de Motores, vestíbulo de Pacífico, Museo de Caños del Peral y exposición de Trenes de Chamartín, es necesario reservar previamente a través de la web de Museos de Metro.
La historia del suburbano a través de sus museos
Entre los lugares que forman parte del recorrido destaca la estación de Chamberí, una de las ocho que formaban parte del primer tramo de Metro inaugurado en 1919, que se conserva tal y como estaba justo antes de su cierre, en 1966. Uno de sus grandes atractivos son los carteles publicitarios de los andenes originales de los años 20.
La Nave de Motores de Pacífico es otro de los enclaves del suburbano que merece la pena visitar. Se construyó entre 1922 y 1923 para solventar posibles insuficiencias de suministro eléctrico y para prestar un mejor servicio a una red de Metro que por aquel entonces estaba en plena expansión. Alberga tres impresionantes motores diésel que generaban y transformaban la energía con la que funcionaban los trenes en aquellos años.
En la exposición de trenes históricos de Chamartín se exhiben convoyes antiguos restaurados desde la época de los inicios de la empresa. En la visita al vestíbulo de Tirso de Molina se puede observar cómo era el suburbano madrileño en los años 20: azulejos blancos biselados con frisos de cerámica de Toledo o un escudo de Madrid en cerámica vidriada con reflejos metálicos. Todo ello envuelto, además, en una misteriosa leyenda.
También se encuentran incluidos en este itinerario sobre los tesoros desconocidos de Metro de Madrid el Museo de la estación de Gran Vía, donde se exponen los restos encontrados durante las obras de remodelación; el antiguo vestíbulo de Pacífico, que conserva actualmente el mismo aspecto en el que se encontraba en el año 1923; la recreación museística de la histórica fuente de los Caños del Peral (en Ópera) y el conjunto arqueológico que se exhibe en Carpetana.