La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha acudido este lunes a Boadilla del Monte con motivo de la inauguración de una biblioteca en la localidad. Lo que en cualquier otra circunstancia hubiera sido un acto más de su agenda, se ha convertido, por la circunstancias del momento, en la noticia del día. Sobre todo si tenemos en cuenta que es el primer evento público de la máxima dirigente madrileña después de la tormenta desatada en el Partido Popular.
Allí, Ayuso ha vuelto a reiterar que está «sufriendo un cruel ataque político» en el que se le ha negado la presunción de inocencia y donde han pretendido implicarla «en corrupciones y malas prácticas».
Su llegada al municipio del norte de la región ha estado marcado por los aplausos y los gritos de «Presidenta, presidenta», lo que no hacen sino apuntalar el apoyo popular que ha recibido estos días. En este sentido, la dirigente ha agradecido todas esas muestras, puntualizando que «no se trata de darme su confianza por cariño», sino que se trata de comprobar «que lo que estoy diciendo es cierto y, por tanto, ganarme su confianza».
Envío de toda la documentación a la fiscalía
Ayuso ha anunciado que enviarán toda la documentación a la fiscalía, donde, según ella, la han «arrastrado maliciosamente». Sobre ello, ha abundado que se trata de «un contrato ya fiscalizado por la Cámara de Cuentas, por la Intervención de la Comunidad de Madrid y que es perfectamente legal, un contrato que trajo material cuando no lo había y cuando los mercados estaban completamente desabastecidos en la primera etapa de la primera ola en el Hospital de Emergencias como en otros muchos sitios, cuando la compra centralizada del Gobierno fracasaba, cuando los sanitarios no tenían protección para trabajar y cuando no todas las empresas eran capaces de localizar material para traerlo».
Asimismo, ha querido aclarar que se trata de un contrato del que tuvo conocimiento «un año y medio más tarde», y que nadie de su Consejo de Gobierno intervino en la adjudicación del mismo. Una situación que, según ha dicho, «no es nueva» para que ella ya que en otras ocasiones «han intentado dañar mi imagen ante distintas instancias en decenas de ocasiones, sin éxito por cierto, y asumirlo sin atender a mis obligaciones».
La presidenta también ha advertido que este tipo de prácticas ponen en serio riesgo el desempeño de la política en general, ya que considera que, de seguir recurriendo a ellas «nadie con prestigio va a querer venir a trabajar porque se destrozan familias sin pruebas y solamente con el mismo fin». Sobre este punto, también cree que «las empresas no van a querer colaborar con las instituciones si su anonimato se pone en tela de juicio y se daña su reputación sin piedad». «Esto nos va a perjudicar a todos, pero especialmente a los ciudadanos«, ha recalcado.
En relación a la crisis interna del PP, cree que la situación es «insostenible» y reclama un «giro absoluto» a la dirección del partido, avisando de que «nos desangramos y hundimos» en las encuestas. Aun así, ha negado que exista «una guerra» entre ella y Pablo Casado, porque «nunca» ha pretendido su puesto «ni quiero estar en su lugar» porque su «sitio es Madrid». No en vano, ha avisado que considera que tienen que depurarse responsabilidades después de que le haya «robado la presunción de inocencia».
«Mi compromiso está y seguirá en Madrid»
Mientras se resuelve la crisis en la cúpula nacional del PP, Díaz Ayuso parece, de momento, desmarcarse por el liderazgo general del partido y ha querido reiterar que «su compromiso está y seguirá en Madrid«, para añadir que «la vida en la Comunidad de Madrid va a seguir con normalidad». Para ello, ha asegurado que su gobierno «no va a dejar un solo momento de atender a sus responsabilidades y les prometo que haré todo lo que esté en nuestra mano para que el ritmo no decaiga, que no nos detendremos y seguiremos trabajando por los intereses de todos los ciudadanos que viven y trabajan todos los días en la Comunidad de Madrid».
Imagen portada: Comunidad de Madrid