La mítica compañía Joglars cumple 60 años y lo celebra con un espectáculo teatral con música, danza y literatura.
Se trata de una transgresora propuesta que pretende reivindicar la libertad del arte en un momento en que está siendo víctima de una sociedad sobreprotectora. Con una dramaturgia contemporánea, combinando la música, la danza, la literatura y lo visual, ponen el foco en la infantilización del mundo adulto que conlleva vivir en una ilusión, en un Mundo Disney, donde el arte debe ser correcto, fácil y que no haga daño.
Sobre la idea de que el arte debe ser ajeno a la moral, Joglars construyen un espectáculo donde los Aristófanes, los Chaplins o los Molières encarnan la risa del disidente ante una sociedad basada en la religión de los sentimientos. Desde el humor y la sátira muestran la perversidad buenista que señala, delata y lincha a los discrepantes en las nuevas hogueras de Twitter, Facebook y demás redes.
Sinopsis
En un centro de salud mental un grupo de pacientes está ensayando una obra de teatro sobre Aristófanes, creador del género teatral de la sátira y la comedia, que se exhibirá en distintos centros del país. La obra está dirigida por un ex profesor universitario especializado en mitología griega, quien ingresó en el centro de salud después de ser expulsado de su trabajo debido a unos polémicos tweets que lo hundieron personalmente. Una vez el espectáculo se está ensayando, el coordinador del centro observa atónito el resultado del mismo: Los usuarios del centro representan su espectáculo con escenas en contra de la corrección política y de la moral que impera en el momento.
La Directora del centro duda sobre sus propias consideraciones morales hasta perder el juicio. El ex profesor se ha obsesionado con el personaje de Aristófanes hasta el punto que cree encarnar al mismo cómico. Empieza aquí un debate que nos hará reflexionar sobre los limites de la moral y la libertad de expresión.
¿Quién decide lo que es políticamente aceptable y lo que no lo es? Estamos expuestos a una sociedad sobreprotectora capaz de vetar contenidos a juicio de algunos: los nuevos críticos de la sociedad, quienes señalan a otros: los “culpables”, para demonizarlos a través de unas plataformas que ofrecen total anonimato: las redes sociales, las hogueras de la actualidad.