Este sábado 29 de enero, regresa la fiesta de La Vaquilla a Colmenar Viejo, con la participación de 14 de ellas desde primera hora de la tarde, se darán cita en las calles de la localidad. Declarada de Interés Turístico Nacional desde 1986, inundará de color el pueblo con sus pañuelos, el sonido de las campanillas y el chascar de las hondas y, además, sus medidas de seguridad prevendrán posibles contagios por Covid-19.
Las vaquillas partirán a las 16:00 horas, aproximadamente, de los lugares elegidos por cada una, para llegar al epicentro de la fiesta en la Plaza del Pueblo, donde habrá instalada una grada con más de 500 localidades. Contará con control de acceso a las mismas para la gestión del aforo y, desde las 17:00 horas, se repartirá caldo caliente en la misma plaza.
Pregón y programa
A las 17:30 horas comenzará la lectura del pregón por las vaquillas Limonera II y Campera, que han cumplido 25 años en el pasado año y este, respectivamente. Después, a las 17:45, accederán a la Plaza una a una las vaquillas participantes para hacer su ‘baile’, que será el único que las vaquillas hacen en esta edición para evitar la aglomeración que se producía en la tradicional recogida de trofeos.
Según informa el Ayuntamiento, el intervalo de tiempo por vaquilla se amplía ya que, a continuación del baile, la Concejalía de Festejos hará entrega del trofeo conmemorativo de la edición de manera individualizada en este primer paso por la Plaza.
Para facilitar que los vecinos y visitantes puedan planificar diferentes puntos desde los que ver pasar varias vaquillas en las calles, durante estos días se van a publicar en las redes sociales del Consistorio, los itinerarios desde los puntos de salida hasta la llegada a la Plaza de las vaquillas. Tras la celebración, los participantes se trasladarán a sus respectivos locales para dar muerte a su vaquilla.
Protocolo de medidas COVID-19
“Estamos muy emocionados por el regreso de esta tradicional fiesta, una cita que cada año reúne a cientos de vecinos y visitantes, y que tan buena acogida ha tenido en FITUR, siendo uno de los protagonistas del stand Colmenar Viejo. Este año cuenta con importantes novedades para asegurar el protocolo de medidas COVID-19, como el control de aforo y evitar las aglomeraciones: solo se accederá a la Plaza para ocupar un sitio en el graderío instalado para la ocasión y, para agilizar el evento, la entrega de trofeos se hará tras el baile de cada vaquilla”, explica la concejal de Festejos, Isabel Álvarez Díaz.
“Para posibilitar la fiesta al mayor número de espectadores, se publicarán los recorridos que harán las vaquillas hasta la Plaza del Pueblo, pudiendo disfrutar de sus bailes desde diferentes puntos del municipio. Este año el pregón corre a cargo de Limonera II y Campera: Campera cumple en 2022 los 25 años y Limonera II alcanzó la cifra en 2021, pero al no festejarse La Vaquilla por la situación sanitaria, lo conmemoraremos esta edición”, ha añadido.
La Vaquilla
Los orígenes de esta fiesta parecen remontarse a la Antigüedad Romana o incluso, tal vez, a la Prehistoria. Julio Caro Baroja, antropólogo e historiador, en su libro sobre el Carnaval relataba que los jóvenes romanos, disfrazados con pieles de animales y cuernos, corrían detrás de las mujeres simbolizando un intento de reanimar la fertilidad tras el invierno.
En Colmenar Viejo, a pesar de no tener constancia escrita, todo hace suponer que la celebración de La Vaquilla existe ya desde la andadura estable de esta Villa, a mediados del siglo XIII.
Tradicionalmente, las familias de los vaquilleros se reúnen para vestir La Vaquilla: un armazón de madera con varias costillas, palos forrados en los que se cuelgan pañuelos, y en cuya parte frontal se colocan dos cuernos. Todo este armazón se adorna con hermosos mantones de Manila, pañuelos de seda y flores de papel o naturales; y el frente de la vaquilla se engalana con broches, pendientes y colgantes.
Cada vaquilla sale de una vivienda o local y está formada por mayoral, vaquilleros y taleguero. Cada una de ellas realiza un recorrido por diferentes calles de la localidad hasta llegar a la Plaza del Pueblo, donde, de una en una, van exhibiendo su belleza y colorido con un particular baile que simula embestidas a los vaquilleros. Tras la exhibición, cada vaquilla vuelve a su lugar de salida, y allí se simula su muerte con tres tiros al aire y sangría.