A medida que avanzan las semanas, vamos conociendo detalles más concretos sobre Madrid Nuevo Norte, el proyecto de desarrollo urbano para la capital, impulsado por Distrito Castellana Norte. Un nuevo epicentro para la metrópolis en el que la sostenibilidad, así como el compromiso medioambiental y de vida de calidad con los ciudadanos y el entorno, serán algunos de sus puntales principales.
Como decimos, el plan contempla un modelo urbano orientado a favorecer el espacio público de calidad, en el que las zonas verdes tendrán una especial importancia. En este sentido, no solo se crearán nuevos espacios, sino que estos se integrarán con los parques públicos ya existentes y espacios naturales protegidos, generando una red interconectada de zonas verdes que recorrerá el proyecto de norte a sur.
De esta forma, Madrid Nuevo Norte aportará a la ciudad cerca 400.000 metros cuadrados de parques y zonas verdes, cuyos hitos principales son un enorme parque sobre las vías de Chamartín y un “Eje verde” que vertebrará el área con el resto de la capital.
Una nueva vida para la estación de Chamartín
Lo que son ahora vías y terrenos baldíos en Chamartín se convertirán en el “Parque Central”, un nuevo espacio público de aproximadamente 13 hectáreas (más de 10 veces la superficie de la Plaza Mayor de Madrid) que se convertirá en un lugar de referencia para los madrileños. Tal es la dimensión que se le quiere dar, que el parque contará con hasta 1,5 metros de sustrato donde sea necesario, posibilitando la plantación de árboles de grandes dimensiones.
Pero este “oasis” no se limitará a las vías, ya que gran parte del espacio actualmente ocupado por instalaciones ferroviarias al sur de la estación de Chamartín, ubicados entre dicha infraestructura y Mateo Inurria, se cubrirá también y se convertirá en otro parque.
Eje verde: un carril para respirar
Además de este gran parque, habrá una segunda vía de escape al ruido de la ciudad con el “eje verde”, una vía que prolongará la Castellana con una red lineal de parques públicos que conectará el centro con las estribaciones del Monte de El Pardo. Un carril de tres kilómetros de longitud rodeado de vegetación y aire limpio, a solo un paso del área financiera de Madrid.
La idea es integrar todo el patrimonio histórico en esta red de parques, incluso restaurando los elementos que sean necesarios. Así, las dos ermitas históricas existentes en el ámbito se van a preservar en sus ubicaciones originales y se van a rehabilitar para que puedan recuperar la importancia que en su día tuvieron para el pueblo de Fuencarral. Se trata de la ermita de San Roque, construida en el siglo XVI, y la ermita de Nuestra Señora de Lourdes, del XIX. Ambos edificios serán piezas fundamentales y centrales de sendos parques ubicados en este eje verde.
Por otro lado, parques ya existentes como el de Isla de Java o Begoña quedarán totalmente integrados en dicho eje, y las vías de tren que actualmente separan Begoña del centro de Fuencarral, entre las calles Francisco Sancha y Ángel Múgica, se cubrirán parcialmente, creándose un parque en continuidad con el de Begoña.
Los parques que se sumarán a Madrid Nuevo Norte
En Las Tablas Oeste se adecuarán y se abrirán al público zonas verdes existentes y se crearán otras nuevas a lo largo de la calle Castillo de Candanchú y el borde del barrio limítrofe con el haz de vías. La calle Antonio Cabezón, limítrofe con la parte del haz de vías ferroviarias al norte de la M-30, se naturaliza con zonas verdes de carácter agropecuario, recordando el uso que históricamente tenía esta zona de Madrid.
Asimismo, se creará una franja de parques públicos uniendo las zonas residenciales ya existentes en la calle Bambú con las que se van a construir en Madrid Nuevo Norte, conectadas con el Parque Central.
En las inmediaciones del proyecto se soterrará el tramo final del paseo de la Castellana, a la altura de las Cuatro Torres y la Colonia de San Cristóbal, y en superficie se va a crear un parque de una hectárea, que eliminará la barrera física que hoy supone el tráfico de la Castellana. De este modo, una zona verde unirá el conjunto de las Cuatro Torres y Torre Caleido con el Distrito de Negocios de Madrid Nuevo Norte.
Una estrategia de naturalización
Como vemos, el diseño urbano de Madrid Nuevo Norte ha apostado por “reverdecer” la ciudad, introduciendo la naturaleza en espacios que tradicionalmente carecían de vegetación, como jardines verticales en las fachadas de los edificios y cubiertas verdes. Habrá especial cuidado en dar continuidad a los ecosistemas del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, para lo que elementos de conexión como puentes sobre las vías del tren o sobre la M-30 se convertirán a su vez en verdaderas zonas verdes, incorporando suficiente tierra vegetal para poder hacer plantaciones significativas y hacer de estas infraestructuras eco-puentes.
Imagen portada: Madrid Nuevo Norte