Metro de Madrid abonó una factura de la luz de 3,6 millones de euros en septiembre de 2020 y pagará 8 millones de euros en el mismo mes de este año 2021, lo que supone un aumento de 4,4 millones de euros en el coste de la electricidad en el suburbano.
El consejero de Transportes e Infraestructuras, David Pérez, ha aportado estos datos durante una visita a la empresa de transportes Arriva, concesionaria de transporte público del Consorcio Regional de Transportes, donde ha comprobado las prestaciones de tres modelos de autobuses que emplean energías limpias.
«El aumento del precio de la luz no solo ha perjudicado a las familias y a las empresas, sino también al transporte público», ha señalado Pérez, quien ha indicado que cualquier madrileño puede imaginar el gran gasto en electricidad que tiene el Metro de Madrid, el tercero más grande del mundo.
«Si en septiembre de 2020, estábamos pagando al mes por el recibo de la luz en Metro de Madrid 3,6 millones de euros, en este septiembre de 2021 vamos a terminar pagando 8 millones de euros, lo que significa un aumento muy importante en el coste que acaban sufragando los madrileños», ha precisado.
Según el consejero, si esta proyección se mantiene, va a significar un aumento de 45 millones en el precio de la luz solamente para Metro de Madrid, una cantidad con la que se podrían asfaltar 500 kilómetros de carreteras, hacer cinco estaciones de Metro o rebajar 60 euros en el abono transportes a más de 3 millones de madrileños que forman parte de las áreas de transporte más alejadas de la capital.
En un momento en el que «el precio de la luz ha subido muchísimo», la Comunidad de Madrid asume «con determinación» la apuesta por las energías no contaminantes, poniendo en marcha todo tipo de proyectos para ahorrar energía, ha resaltado.
Pérez ha destacado que la Comunidad de Madrid va a seguir subvencionando el transporte público porque juega un papel «muy importante», en la vertebración territorial, en el impulso económico de una Comunidad y en la libertad de movimiento de los madrileños, que pueden elegir entre distintas formas de transporte para desplazarse donde quieran, cuando quieran y como quieran.
La región cuenta con intercambiadores que facilitan el acceso de los madrileños a la red intermodal para que puedan trasladarse en su coche privado, en autobús, en Metro, en Cercanías, en bicicleta, patinete o taxi.