El Ayuntamiento de Madrid ha aprobado este lunes en un pleno extraordinario la modificación de la ordenanza de movilidad sostenible que, entre otras cuestiones, actualiza Madrid Central tras su anulación judicial y da paso a Distrito Centro, que tendrá el mismo perímetro y parecidas restricciones, aunque equipara a los comerciantes con los residentes.
Como estaba previsto, la modificación de la ordenanza ha salido adelante con el voto a favor de los partidos que conforman el Gobierno (el PP, con sus 15 ediles, y Cs con sus 11 concejales) y de los cuatro integrantes del grupo mixto formado por exediles de Más Madrid, mientras que esta formación, PSOE y Vox han votado en contra.
El proyecto modifica, entre otros puntos, el artículo 23 de la ordenanza, por el que se creó en 2018 Madrid Central, y que ahora instaura la Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP) Distrito Centro, con el mismo perímetro que la zona de bajas emisiones puesta en marcha por Manuela Carmena y con dos novedades.
Estas dos variaciones son retrasar un año, al 31 de diciembre de 2022, la limitación de acceso a los vehículos de mercancías con distintivo ambiental B y más de 3.500 kilos de peso, y equiparar a los 15.000 comerciantes de la zona con los residentes.
Además, se crea otra ZBEDEP en Plaza Elíptica, y se estipula que desde el 1 de enero de 2022 los vehículos de no residentes en la ciudad sin distintivo ambiental (diésel matriculados antes del 2006 y de gasolina matriculados antes del 2000) no podrán circular en el interior de la M-30.
A la conclusión del pleno, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, destacó que la norma «pone a Madrid en ruta hacia el futuro» y que conjuga la obtención de «objetivos de sostenibilidad que son irrenunciables» con la visión económica «fundamental para afrontar los retos» del porvenir de la capital.
Recalcó, asimismo, que la norma se ha tramitado «en tiempo récord» y además «a través del diálogo», pues se ha incorporado al texto prácticamente un tercio de las enmiendas parciales presentadas por los grupos.
Adiós a los coches más contaminantes
La modificación de la ordenanza establece un calendario para la desaparición progresiva de la circulación en las calles de Madrid de los coches sin distintivo ambiental hasta llegar al 1 de enero de 2025 con la prohibición de circulación a los vehículos A de residentes en Madrid, y supone algunas novedades, por ejemplo, en el servicio de estacionamiento regulado (SER).
A partir de enero habrá una nueva zona de parquímetros «de alta rotación», que estará señalizada de color blanco y azul y donde no se podrá estacionar más de 45 minutos, en espacios con una «intensa demanda de estacionamiento», como entornos de administraciones públicas, de espacios sanitarios o educativos.
También a partir de enero habrá una «tarifa dinámica» del SER que hará que el coste del parquímetro sea más elevado durante episodios de alta contaminación.
En materia de seguridad, los menores de 18 años y los ‘riders’, éstos independientemente de su edad, tendrán que usar casco homologado cuando vayan en bicicleta, patinete y otros vehículos de movilidad personal (VMP), y se eleva de metro a metro y medio la distancia que debe guardar un ciclista de un peatón y las fachadas.
Las bicicletas y VMP nunca podrán aparcar en la acera salvo que lo contrario esté expresamente señalizad, mientras que las motos de uso compartido no podrán aparcar en las aceras salvo que en la calzada no haya plazas de aparcamiento para motos en 100 metros a la redonda.
Una ordenanza no exenta de polémica
Tal y como señalábamos, la propuesta del Gobierno de Almeida ha prosperado gracias al grupo mixto, que se constituyó como tal en los días previos al debate de la ordenanza en comisión y pleno, y que ha aportado a la norma una veintena de enmiendas transaccionadas con el PP.
Para el grupo mixto «las políticas de Carmena han vuelto para quedarse«, pues consideran el texto «absolutamente continuista» con la ordenanza original de la exalcaldesa.
Precisamente a ese argumento se han aferrado en Vox, que estima que Almeida ha incumplido su compromiso tanto con los electores como con el partido que en Cibeles lidera Javier Ortega Smith, quien ha avisado de que recurrirá la norma. «Nos vemos en las próximas elecciones, siga usted con sus engaños y con sus nuevos socios», ha apostillado.
Por su parte, la vicealcaldesa, Begoña Villacís (Cs), ha señalado que es precisamente ese rechazo de Vox lo que demuestra que la norma «no es una involución», y ha dicho estar «muy orgullosa» de sacar adelante la reforma sin el apoyo de su socio de investidura.
Para la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, lo ocurrido ha sido una «tropelía democrática» apoyada en cuatro concejales que su partido considera tránsfugas, y su compañera de grupo Esther Gómez ha acusado a Almeida de ser el alcalde «más reaccionario, sectario y dogmático en términos de movilidad y medio ambiente».
Por su parte, el concejal del PSOE Ignacio Benito ha justificado su voto en contra resumiendo que la normativa que proponen PP y Cs «es perniciosa para la ciudad de Madrid y para la salud» de los madrileños, además de «regresiva y con chapuzas».