Quien le iba a decir a esta joven tenista canadiense de 19 años que se iba a convertir en una de las sensaciones de la WTA en el circuito femenino de tenis.
Leylah, de padre ecuatoriano y madre filipina canadiense, ha generado admiración entre espectadores y compañeros en el Abierto de Estados Unidos. La pista central del Arthur Ashe Stadium vio como 23.000 aficionados se levantaban y ovacionaban a esta joven tenista durante varios minutos después de su derrota.
Una trayectoria impecable
El US Open de este año ha dejado muchas emociones, desde la repentina salida de Carlos Alcaraz hasta la llegada de este torbellino canadiense, Leylah Fernández. La zurda no iba con grandes expectativas, pero poco a poco fue eliminando a sus rivales (algunas ya consagradas como Naomi Osaka y Angelique Kerber).
Su celebración levantando las dos manos o con el puño en alto se ha convertido en su seña de identidad. Siempre alentada por su padre, un emigrante ecuatoriano que dejó Guayaquil con tres años para asentarse con su familia en Canadá, y que la entrena en Florida junto a su equipo técnico.
Él no estuvo presente, pero sí que se mantuvo en contacto con su hija para darle ánimos y consejos durante todo el campeonato. Sirvieron hasta el final, cuando fue derrotada por la británica Emma Raducanu. Alguna casa de apuestas de prestigio ya ofreció en sus estadísticas alguna posibilidad real de que ganara, pero finalmente la británica tuvo más suerte y garra en el encuentro.
Primeros triunfos
Si bien al principio Fernández no tenía muy claro si dedicarse al tenis, al futbol o al atletismo (deportes que también practica), fue el impulso de su padre quien la terminó de animar. Jorge Fernández tenía como ejemplo al padre de Selena y Venus Williams, Richard, quien se convirtió en el mentor de sus hijas, que han ganado más de 30 Grand Slams.
La tenista Justine Henin fue el modelo a seguir por Leylah: la suiza llegó a ser durante 117 semanas seguidas número uno del mundo. Además, ganó en los juegos olímpicos de Atenas de 2004 una medalla de oro en individual femenino.
El 2019 fue el año mágico para Leylah, ahí ganó su primer Grand Slam Junior. Fue la primera mujer canadiense que lo conseguía desde el 2012. Al año siguiente, en 2020, disputó su primera final WTA en México, concretamente en Acapulco, y aunque terminó perdiendo, se dejó la piel en la pista. La Fed Cup fue otro gran momento, ya que derrotó a la número 5 del mundo, Belinda Bencic.
Los títulos y los trofeos se fueron sucediendo paulatinamente, aunque aún le quedan muchos trofeos que conquistar, especialmente europeos, como el Mutua Madrid Open. Su garra y temperamento la ayudan a mejorar, para poder disputar finales con las más grandes del tenis actual. En 2021 derrotó sin miramientos a Kuzmova, Kucova, Sorribes, Vandeweghe y Golubic y se alzó con el triunfo en el campeonato de Monterrey.
Esta futura promesa del tenis mundial apunta alto, tiene ganas, juventud y temple para enfrentarse a cualquier rival. Si Leylah cumple lo que todos esperan de ella y es capaz de convertirse en la reina de la cancha, lo veremos en los próximos años.