Tal y como veíamos hace unos días, Madrid sufrirá un cambio radical después del verano, cuando se complete la ejecución de muchas de las obras que hay actualmente en marcha en la capital.
Una de ellas es la del intercambiador de Felipe II que pasará a convertirse en un único carril de ocho metros de anchura para la circulación y parada de autobuses, conformándose un espacio lineal donde los distintos usos se ubiquen en bandas paralelas: acceso a autobuses, comercial y restauración.
Unas reformas que ha visitado el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, donde ha confirmado que este nuevo espacio ofrecerá casi un 20 por ciento más de espacio para el peatón.
La ejecución de este proyecto de remodelación supone una inversión de 2,3 millones de euros y la intervención dará continuidad a la realizada en 2005 en la plaza de Dalí, creando un espacio urbano «más accesible y continuo con dicha plaza«.
Este nuevo diseño se traducirá en una ampliación del espacio para los peatones de un 19 % con respecto al actual y el plazo de ejecución será de diez meses.
La continuidad con el espacio urbano existente se llevará a cabo mediante pavimentos, mobiliario urbano y arbolado.
También se van a instalar más de 50 nuevas farolas, ha explicado el propio alcalde de Madrid, quien ha insistido en que la mejor respuesta a los problemas de los madrileños se da «a través del trabajo diario».
«Es muy difícil en tiempos de pandemia ejecutar tanta obra como estamos ejecutando en la capital; yo creo que todos los madrileños ven que se está trabajando en la mayor operación de asfalto de la historia» ha dicho Almeida, al referirse a los trabajos que se llevan a cabo «en 800 calles de 21 distritos aprovechando esta época en la que hay menor circulación y menos gente».
Imagen portada: Ayuntamiento de Madrid