El consejero madrileño de Educación y Juventud y portavoz en funciones, Enrique Ossorio, ha dicho que la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (Lomloe) es una norma que ha surgido «sin consenso» y que no potencia el mérito ni el esfuerzo.
En declaraciones en las que valora el proyecto de Real Decreto que desarrolla la Lomloe, que regulará la evaluación y la promoción de curso en primaria, secundaria y bachillerato, Ossorio ha afirmado que la Lomloe se aprobó «deprisa» y «lanza un mensaje continuo de que se puede titular con suspensos».
«La educación debe ser una escala social, de progreso de las personas» ha dicho Ossorio, y ha insistido en que la Comunidad de Madrid no cree en «regalar títulos».
El consejero ha explicado que el Gobierno regional madrileño ha elaborado una ley Maestra de Libertad de Elección Educativa que enviará al Parlamento regional para aplicar sus «principios», pues «creemos -añade- que en nuestra región han funcionado. Dentro de ese ámbito que nos otorga la Ley Orgánica hemos hecho esa norma para seguir con la calidad educativa».
«Este año que todavía teníamos capacidad para evitarlo, todos los alumnos madrileños para titular tenían que aprobar todo, a diferencia de otras comunidades autónomas que ya estaban entregadas al gobierno, y a la falta de esfuerzo y mérito», ha dicho Ossorio.
La Ley de la discordia
El principal caballo de batalla de la nueva ley educativa es el hecho de que los alumnos de Secundaria y de Bachillerato con hasta dos asignaturas suspensas podrán promocionar de curso, aunque ello dependerá en última instancia de la decisión que tome el equipo docente de forma colegiada y de determinadas condiciones.
El texto propuesto por la ministra, Isabel Celaá, refleja el espíritu de la última reforma educativa (Lomloe), que limita el recurso a la repetición escolar y establece que esta medida debe ser excepcional, de manera que solo se podrá adoptar una vez durante la Primaria y dos veces como máximo a lo largo de la enseñanza obligatoria.
El borrador de real decreto hace especial énfasis en que tan pronto se detecten dificultades para el aprendizaje se apliquen las medidas de refuerzo educativo necesarias o se opte por una diversificación curricular, porque el objetivo último es evitar a toda costa la repetición.
En el capítulo de la Educación Primaria, el proyecto explica que la evaluación será continua y global, y que los centros podrán elaborar programas de refuerzo o de enriquecimiento curricular que permitan mejorar el nivel competencial del alumnado que lo requiera.
En cuanto a su promoción, el equipo docente adoptará las decisiones de manera colegiada y se accederá al curso o a la etapa siguiente cuando éste estime que los aprendizajes que, en su caso, no se hubieran alcanzado no impiden al alumno seguir con aprovechamiento su formación.
Si tras aplicar las medidas adecuadas para atender las dificultades del alumno, el equipo docente cree que la permanencia un año más en el mismo curso es la medida más adecuada para favorecer su desarrollo, «se organizará un plan específico de refuerzo para que durante ese curso pueda alcanzar el grado de adquisición de las competencias correspondientes. Esta decisión solo se podrá adoptar una vez durante la etapa y tendrá, en todo caso, carácter excepcional».
Los alumnos de la ESO irán a un curso superior cuando los profesores consideren que la naturaleza de las materias que, en su caso, pudieran no haber superado, les permite seguir con éxito el curso siguiente y tienen expectativas favorables de recuperación y que dicha promoción beneficiará su evolución académica.
«En todo caso, promocionarán quienes hayan superado las materias o ámbitos cursados o tengan evaluación negativa en uno o dos».
Además, las Administraciones educativas podrán establecer directrices para la actuación de los equipos docentes responsables de las evaluaciones, sin que, en ningún caso, el número o la combinación de materias o ámbitos no superados pueda ser «la única circunstancia a tener en cuenta en la decisión sobre la promoción».
La permanencia en el mismo curso se considerará una medida de carácter excepcional. En todo caso, el estudiante podrá permanecer en el mismo curso una sola vez y dos veces como máximo a lo largo de la enseñanza obligatoria.
Respecto a la titulación, la propuesta ministerial afirma que se obtendrá habiendo finalizado el curso con evaluación negativa en una o más materias, siempre que -a juicio del equipo docente- se hayan adquirido las competencias básicas.
En cuanto a Bachillerato, los alumnos de esta etapa pasarán de primero a segundo curso cuando hayan superado las materias cursadas o tengan evaluación negativa en dos materias como máximo.
En todo caso, deberán matricularse en segundo curso de las materias pendientes de primero, y los centros deberán organizar las consiguientes actividades de recuperación y la evaluación de las asignaturas pendientes.
Si al término del segundo curso tuvieran evaluación negativa en algunas materias podrán matricularse de ellas sin necesidad de cursar de nuevo las materias superadas u optar por repetir el curso completo.
Para obtener el título de Bachiller será necesaria la evaluación positiva en todas las materias de los dos cursos.
Excepcionalmente se podrá decidir la obtención del título de Bachiller por un estudiante que haya aprobado todas las materias salvo una, siempre que se cumplan además todas las condiciones siguientes:
.- Que el equipo docente considere que el alumno ha alcanzado los objetivos y competencias vinculados a ese título.
.- Que no se haya producido una inasistencia continuada y no justificada por parte del alumno en la materia.
.- Que el alumno se haya presentado a todas las pruebas y realizado todas las actividades necesarias para su evaluación.
.- Que la media aritmética de las calificaciones obtenidas en todas las materias de la etapa sea igual o superior a cinco.
.- A efectos del cálculo de la calificación final de la etapa, se considerará la nota numérica obtenida en la materia no superada.