«El agua de Madrid es la mejor del mundo». Este dicho, tan extendido (sobre todo entre los madrileños), es seguramente muy exagerado. Pero no es ninguna mentira que el liquído elemento que consumimos en la región es de una excelente calidad.
Algo que sería imposible sin la existencia del Canal de Isabel II, la empresa pública responsable de la gestión del ciclo integral del agua en la Comunidad de Madrid, que cumple 170 años.
La consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura del Ejecutivo madrileño, Paloma Martín, visitó este sábado el Segundo Depósito, una de las instalaciones más antiguas de la compañía y que actualmente continúa en servicio.
Desde que la reina Isabel II ordenó su creación en 1851, Canal de Isabel II ha pasado de dedicarse únicamente al abastecimiento de la capital a ser la encargada de la gestión del ciclo integral del agua (captación, tratamiento, distribución, saneamiento, depuración y reutilización) en toda la Comunidad de Madrid.
Hoy, Canal de Isabel II abastece a más de 6,8 millones de habitantes en toda la Comunidad de Madrid, y para ello opera con 34 depósitos reguladores de gran tamaño y casi 300 de menor capacidad, así como 13 presas, 14 estaciones de tratamiento de agua potable y más de 17.000 kilómetros de redes de distribución.
También se encarga de la recogida y transporte de aguas residuales hasta las depuradoras, donde el agua se trata antes de ser devuelta a los ríos en las mejores condiciones.
Además, en estas instalaciones se produce agua regenerada para riego de parques, jardines y baldeo de calles, y para mejorar la calidad ambiental de los cauces.
A lo largo de todo el ciclo del agua, Canal de Isabel II obtiene energía eléctrica gracias a instalaciones que en 2020 le permitieron generar hasta el 74 por ciento de su consumo.
Martín ha resaltado la importancia de contar con una empresa pública de estas características, a la hora de impulsar políticas orientadas a garantizar la sostenibilidad del agua y la economía verde en la región, y para ello ha puesto como ejemplo la depuración del 100 por ciento de sus aguas residuales para su reutilización o cómo el 90 por ciento de la producción de agua regenerada se vierte a los cauces de los ríos para limpiarlos.
El Segundo Depósito, historia viva del ciclo del agua en Madrid
Cuando en 1858 se inauguraron las obras de traída de las aguas del río Lozoya a Madrid, éstas comprendían un único depósito de 58.000 metros cúbicos de capacidad (Primer Depósito) en el Campo de Guardias que, además, sufrió problemas de filtraciones casi desde sus primeros años.
Esta infraestructura, que en pocos años resultó insuficiente, fue sustituida veinte años después por un nuevo depósito casi cuatro veces mayor, y capaz de atender la demanda creciente de una ciudad en pleno desarrollo.
La capacidad del depósito de Bravo Murillo es de 180.000 metros cúbicos, en dos compartimentos de 90.000 cada uno: el primero de ellos entró en servicio en 1876, y el segundo en 1879.
Esta infraestructura está formada por pilares de granito tallados a mano sobre los que reposan arcos y bóvedas de ladrillos macizos de la época.
Al estar a la misma cota y con la misma altura de lámina de agua que el Tercer Depósito, situado en Islas Filipinas y puesto en servicio en 1914, opera con él conjuntamente en la misma zona de abastecimiento: el sur de la capital.
En la actualidad, junto a la fachada oeste de esta instalación, que hoy continúa operativa y es el depósito más antiguo en funcionamiento de cuantos opera Canal, se sitúa el Parque Bravo Murillo, inaugurado a finales de 2020 y que cuenta con una superficie de cerca de 4.000 metros cuadrados, 50 árboles, alrededor de 1.000 arbustos y zonas ajardinadas, deportivas y de paseo.
IMAGEN PORTADA COMUNIDAD DE MADRID FOTO: D. SINOVA