Desde su entrada en vigor en noviembre de 2018, no ha habido un solo día sin que Madrid Central haya escapado a la polémica. El último capítulo de esta controvertida medida lo conocíamos a mediados de mayo, cuando el Tribunal Supremo decidió tumbar el que fuera proyecto estrella de la exalcaldesa de la capital, Manuela Carmena, por un defecto de forma.
Fue precisamente un recurso firmado por el actual regidor de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, entonces en la oposición, el que desembocó en la anulación de Madrid Central por parte del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que, como decimos, ha sido ratificada por el Supremo.
Sin embargo, ha sido el Gobierno municipal actual el que se ha puesto en marcha para hacer realidad una alternativa a Madrid Central a través de una nueva ordenanza de movilidad.
Las claves de la ZBEDEP
Así, la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid ha aprobado el anteproyecto de la nueva ordenanza de movilidad sostenible, una de las normas clave del mandato de Almeida, cuya tramitación se ha acelerado para evitar una situación de vacío legal ante la anulación por la Justicia del todavía vigente Madrid Central.
La nueva ordenanza introduce la figura de la Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección (ZBEDEP), una de las cuales será el distrito Centro, manteniendo el mismo perímetro que Madrid Central y con varias novedades, como equiparar a los 15.000 comerciantes de la zona con los residentes y permitir la circulación de motos hasta las 23:00 horas, una hora más que hasta ahora.
También se retrasará al 31 de diciembre de 2022 la limitación de acceso a los vehículos de mercancías con distintivo ambiental B y de más de 3.500 kilos de peso, dando un año más de margen de lo inicialmente previsto para la renovación de las flotas.
De este modo, Madrid Central seguirá vigente en sus líneas generales, aunque con otro nombre y una regulación algo diferente.
Las multas de Madrid Central, en el aire
A la espera de que el TSJM ordene la ejecución de la sentencia, de momento el Ayuntamiento ha paralizado el envío de multas por entrar indebidamente a Madrid Central, aunque las cámaras siguen encendidas y se registra a los infractores por si eventualmente el TSJM instara al Consistorio a seguir multando mientras no se ejecute la sentencia.
La nueva regulación de la zona de bajas emisiones no permite, finalmente, la circulación por el distrito Centro de los coches con pegatina ambiental C, como planteaba inicialmente el PP, que desistió ante el rechazo de la oposición y de su socio de Gobierno, Ciudadanos.
La ordenanza recoge otra ZBEDEP, Plaza Elíptica, ya anunciada por el Ayuntamiento en 2020 y que tendrá restricciones más laxas que el Centro, puesto que sólo se limita el acceso a los vehículos A de no residentes y a los de distribución urbana de mercancías sin distintivo ambiental y de más de 3.500 kilos de peso.
Más allá de las zonas con especificaciones, la ordenanza ratifica el calendario de limitaciones a la circulación previsto por el Ayuntamiento, de modo que en 2024 los vehículos sin distintivo ambiental que no estén matriculados en la capital no podrán acceder a la ciudad, y en 2025 la medida se extenderá a los residentes madrileños.
Ya en 2022, los coches A de los no residentes en la ciudad quedarán excluidos del interior de la M-30, y en 2023 no podrán circular por la propia M-30.
Almeida: solucionar «lo antes posible» la «chapuza» de Madrid Central
En declaraciones a los medios, Almeida ha conminado a los grupos municipales a «no hacer de esto una batalla partidista» y ayudar a solucionar «lo antes posible» la «chapuza» de Madrid Central, «heredada del equipo de Gobierno anterior».
La izquierda ya ha expresado su rechazo a la ordenanza, que según la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre, es “un plan de humo, en el sentido literal y figurado”, que va a provocar la entrada de 15.000 coches diarios a la zona que recogía el antiguo plan de Madrid Central, por lo que cree que supone “un retroceso”.
Desde el PSOE, el concejal Ignacio Benito ha tildado de “poco elaborado y poco pensado” el plan de Almeida, que “no es la solución para los problemas de contaminación y de movilidad” de la capital.
En cuanto a Vox, previsiblemente el apoyo que buscarán PP y Cs para sacar adelante la ordenanza, no se ha pronunciado sobre el anteproyecto, aunque Carabante ha asegurado que ya conocen sus «líneas generales» y que el texto se ajusta a lo pactado en su acuerdo de investidura.