La nueva sede social de Metro de Madrid ya ultima sus últimos detalles para, a muy corto plazo, acoger a los trabajadores del suburbano. La Comunidad de Madrid ha finalizado la fase de obras correspondiente a construcción de la estructura e instalaciones del edificio y, con este calendario, el traslado podría empezar a ser una realidad a partir de enero del próximo año 2022.
El Centro Integral del Transporte de Madrid, situado en el madrileño barrio de La Ventilla, en el distrito de Tetuán, está compuesto por dos volúmenes de siete y doce plantas, respectivamente, que suman alrededor de 24.000 metros cuadrados de instalaciones destinadas a albergar el centro tecnológico y administrativo de la compañía, en el que trabajarán unos 1.000 empleados, que en estos momentos se encuentran repartidos en varios edificios.
El consejero de Vivienda y Administración Local en funciones, David Pérez, ha señalado que “gracias a la concentración de los servicios en este edificio, se conseguirán mayores sinergias y una disminución de los costes tanto en la producción como en la operación de Metro de Madrid. Esta unificación de servicios permitirá alcanzar una mayor eficiencia de los rendimientos en la organización, ahorros logísticos y en el alquiler de inmuebles”.
Actualmente se está trabajando en la instalación de suministros eléctricos, de iluminación, comunicaciones, protección contra incendios, radiotelevisión, megafonía, energía fotovoltaica, apantallamiento acústico en cubierta y control solar. La siguiente fase será la de las pruebas y puesta en marcha de los equipos e instalaciones, y en paralelo se llevarán a cabo los trabajos de acondicionamiento tales como arquitectura interior, mobiliario, dotación de equipamientos técnicos y de seguridad.
Una sede a la altura de la institución
Este nuevo edificio será un punto de encuentro entre el Metro del futuro y su reciente historia centenaria, ya que, por un lado, dispondrá de las últimas tecnologías, y por otro, contará con elementos de las antiguas cocheras de Plaza de Castilla, sobre las que se ha construido el edificio, que recordarán la historia del suburbano y que serán visibles en la zona exterior ajardinada, manteniendo en el conjunto una personalidad propia de la identidad de la compañía.
La nueva sede se concibe como un Edificio de Energía Casi Nula (NZEB), dando cumplimiento a las directivas europeas que requieren este comportamiento energético en los edificios públicos que se construyan a partir del año 2018. Además, las instalaciones han sido diseñadas pensando en un bajo consumo, con producción propia de energía mediante paneles fotovoltaicos, pozos de geotermia, iluminación con sensores de luz natural y tecnología LED, aprovechamiento de agua y cubiertas vegetales, entre otras novedades.
La nueva sede social forma parte de un complejo de cuatro edificios relacionados con el transporte, que se disponen en el perímetro de la parcela, con un jardín en la zona libre central y un aparcamiento subterráneo. A este conjunto que ocupa la manzana completa delimitada por la Avenida de Asturias y las calles San Benito, San Aquilino y Magnolias, se le denominará Centro Integral del Transporte (CIT).
Futuro centro integral del transporte
Tras la ejecución de la nueva sede, que es el primer edificio del CIT, se pondrá en marcha una segunda fase del proyecto, completando un conjunto que permitirá reubicar y concentrar en un futuro próximo los principales servicios administrativos, operativos y de control de Metro de Madrid. Uno de los futuros edificios es el denominado Centro de Control de Operación de Red (CCOR) que agrupará el actual Puesto de Mando y el Centro de Operaciones de Mantenimiento y Monitorización de Instalaciones y Comunicaciones (COMMIT).
Imágenes: Comunidad de Madrid
Otro de los inmuebles se destinará al Consorcio Regional de Transportes de Madrid. Contará con gran jardín exterior en los espacios centrales, y una cubierta vegetal que completará el conjunto arquitectónico. El cuarto edificio será el futuro museo de Metro.