Un particular ha cedido al Ayuntamiento de Arganda del Rey ocho tinajas de barro que tienen una antigüedad aproximada de entre 150 y 200 años. Las piezas han sido trasladadas y depositadas en el solar de la antigua cooperativa vinícola de la calle Silos de la localidad madrileña.
Estas tinas de barro, elaboradas por alfareros de Colmenar de Oreja, tienen una capacidad de 300 y 500 arrobas (4.800 y 8.000 litros) y formaban parte del cocedero de una bodega, una gran estancia cuadrada que albergaba el proceso de fermentación del mosto en vino, y que precedía a su trasiego a la cueva para su posterior comercialización.
Dadas las grandes dimensiones de las tinajas, su antigüedad y la fragilidad de los materiales, el operativo para el traslado ha sido “especialmente complejo”, indica el Consistorio en un comunicado en el que añade que los recipientes han llegado a su destino sin sufrir daños.
Sus fabricantes
Estos singulares recipientes fueron elaborados por alfareros de Colmenar de Oreja, en un laborioso proceso de varias semanas en el cual dejaban su huella marcando sus iniciales en lo que denominaban el rostro o boca de la tinaja.
Otra marca característica son los ‘liñuelos’, las trazas que dejaba la cuerda de esparto de entre 20 y 25 centímetros que rodeaba la tinaja para que la arcilla recién soldada no se agrietara.
El solar municipal donde se han depositado formaba parte de la casa de labor y bodega propiedad del colegio de Santo Tomás de Madrid, originaria del siglo XVII, aunque en las primeras décadas del siglo XX pasó a ser cooperativa vinícola, donde se elaboró vino hasta 1953, cuando su producción pasó a un nuevo edificio en la avenida del Ejército.