Investigadores del Grupo de Meteorología espacial de la Universidad de Alcalá han descubierto señales de la actividad solar en las imágenes del satélite SMOS, un satélite que forma parte del programa Living Planet de la Agencia Europea Espacial, que captura imágenes de temperatura de brillo gracias a un radiómetro interferómetro.
Las imágenes que capta SMOS corresponden a la radicación que se emite desde la superficie de la Tierra, una información que sirve para obtener datos sobre la salinidad de los océanos y la humedad terrestre.
Al contar con un amplio campo de visión, la antena del satélite también puede captar las señales del Sol, motivo por el cual los científicos de la ESA comenzaron a preguntarse si estas señales podrían contribuir a seguir la actividad solar. Una hipótesis que ha confirmado el estudio ‘Validation of the SMOS Mission for Space Weather Operations: The Potential of Near Real‐Time Solar Observation at 1.4 GHz’, elaborado por el Grupo de Meteorología Espacial de la Universidad de Alcalá y publicado en la revista científica ‘Space Weather’.
“Descubrimos que SMOS puede detectar explosiones de radio solar e incluso variaciones más débiles en las emisiones del Sol, como el ciclo solar de 11 años”, explica Manuel Flores Soriano, miembro del grupo y coautor del estudio.
SMOS es capaz asimismo de detectar tormentas solares y eyecciones de masa coronal, unos fenómenos que pueden interferir y dañar sistemas de comunicación y navegación como pueden ser radares o GPS.
“Las ráfagas de radio solares detectadas por las señales de temperatura de brillo SMOS del Sol generalmente se observan durante las erupciones que están asociadas con eyecciones de masa coronal” añade Flores Soriano.
Por otro lado, los investigadores también han encontrado una correlación entre la cantidad de flujo solar liberado a 1,4 Ghz y la velocidad, el ancho angular y la energía cinética de las eyecciones de masa coronal.
La ventaja que presenta este satélite frente a los radiotelescopios terrestres es que SMOS tiene la capacidad de observar el Sol de forma continua con polarimetría completa, lo que lo convierte en un instrumento útil para moniterar la interferencia solar que afecta de forma directa a sistemas globales de navegación.