Han pasado ya casi dos meses desde la explosión en un edificio parroquial de la calle de Toledo que sacudió todo el centro de Madrid, y el caso, aunque se archivó, aún no se ha cerrado.
Al menos esa es la intención del Arzobispado de Madrid, que ha recurrido la decisión de un Juzgado de archivar la investigación sobre la explosión, donde murieron cuatro personas.
La jueza de instrucción número 35 de Madrid acordó el pasado 23 de febrero el sobreseimiento de la causa al considerar que la causa del suceso fue accidental debido a «un escape de gas natural«.
Una vez recabado el informe pericial de la Policía Judicial y tras practicar las diligencias de investigación necesarias, la jueza concluyó que la «etiología» de la explosión fue «accidental», sin que «haya podido esclarecerse otra causalidad distinta, habiendo sido provocada la explosión por un escape de gas natural, que se desarrolló de forma lenta, continuada y prolongada en el tiempo».
El escape, según consta en el informe policial, se situó entre la primera caldera del edificio y la acometida de suministro, sin que «las posibles irregularidades administrativas o no de la instalación» hayan influido en la causa de la explosión, indicó el auto de la magistrada.
El Arzobispado de Madrid ha decidido presentar un recurso contra el auto con el deseo de que se realicen todas las diligencias «en búsqueda de la verdad«.