Grandes delanteros han pasado por las filas del Atlético de Madrid como Adrián Escudero o Paco Campos, segundo y tercero máximos goleadores de la entidad, los más recientes Antoine Griezmann o Diego Costa, sin embargo, es un centrocampista el goleador más prolífico en la historia del club y este no es otro que el gran Luis Aragonés.
El conocido como “sabio de Hortaleza” disputó doce temporadas con la camiseta rojiblanca disputando un total de 368 partidos y anotando un total de 172 goles en todos los partidos que disputó. En cuanto a palmarés, logró conquistar tres ligas, dos Copas del Caudillo y un subcampeonato de Copa de Europa en una final agónica frente al Bayern de Múnich, además fue máximo goleador de la Liga en la temporada 69-70 empatado con su compañero Gáfate y Amancio del Real Madrid.
Pero Luis tuvo que trabajar mucho para llegar hasta aquí, antes había sido fichado por el Real Madrid para acabar cedido en diferentes equipos durante las siguientes cuatro temporadas. No fue hasta su cesión al Oviedo, la que le permitió debutar en primera división en 1960 ante el Mallorca. Tras ese año en Asturias, Luis acaba fichando por el Betis tras desvincularse del Madrid y allí jugó tres temporadas donde por fin empieza a mostrar todas sus cualidades convirtiéndose en uno de los mejores de la Liga lo que le permite acabar fichando por el Atlético en 1964.
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Luis Aragonés en la final de la Copa de Europa frente al Bayern
Fue precisamente en la final de la Copa de Europa frente al Bayern dónde Luis jugó uno de sus partidos más recordados. Como especialista en las faltas, Luis adelantó a su equipo con un preciso lanzamiento por encima de la barrera, pero lamentablemente para los rojiblancos el equipo alemán empató en el último minuto de la prórroga, llevando la final al partido de desempate ya que en aquella época no existían los penaltis.
En el partido de vuelta dos días después el Atlético no pudo hacer nada ante el poderío físico de los alemanes que estaban mejor preparados y acabaron sucumbiendo por 4 goles a 0.
Tras el duro varapalo, Luis se retiró como jugador y tomó las riendas como entrenador. Su andadura por el banquillo no pudo comenzar de mejor manera ya que el Bayern renunció a jugar la Copa Intercontinental por los problemas políticos en Argentina. Le sustituyó el Atlético como subcampeón y se enfrentó a Independiente de Avellaneda.
El equipo argentino logró ganar por la mínima en Argentina y estaba en disposición de repetir título, sin embargo, en el mítico Vicente Calderón, el conjunto rojiblanco consiguió darle la vuelta a la eliminatoria y vencer por 2 a 0 logrando así su primer título y ser el único club en haberlo logrado sin haber sido campeón continental.
Con el mismo equipo Luis conquistó la Copa y la Liga la temporada siguiente, pero finalmente abandonó el cargo al final de la temporada 77-78, volvió una vez más pero los malos resultados acabaron con su cese definitivo.
Luego dirigió hasta ocho equipos más pero su papel con la selección española fue el que cambió para siempre la suerte del combinado nacional. Tras fracasar una vez más en el Mundial de 2006 en octavos, España llegó a la Eurocopa de 2008 con malas sensaciones, una fase de clasificación poco o nada brillante y con Luis empezando a ser discutido en el cargo. Sin embargo, Luis cambió por completo al equipo, tomando decisiones difíciles (caso Raúl), y logrando un campeonato histórico que sin duda abrió por completo una nueva etapa para España.