La segunda ola de contagios por la covid-19 y las consiguientes restricciones a la movilidad pueden suponer la ruina para la campaña de Navidad en el comercio, vista por las patronales del sector como la última oportunidad para la supervivencia de muchos negocios, en especial para tiendas de ropa y pequeños negocios.
Pasada ya la primera ola de la pandemia, que irrumpió en España a mediados de marzo (cuando se decretó un confinamiento generalizado que se prolongó por más de tres meses) y superado un verano que, aunque sin restricciones a la movilidad, no ha colmado las expectativas del sector, llega ahora el cuatro trimestre del año con nuevas medidas para tratar de contener la dimensión de la segunda ola.
Estas nuevas restricciones a la movilidad que ya se están imponiendo en buena parte de España, «pueden suponer una debacle absoluta» para la inminente campaña de Navidad, según el presidente de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex), Eduardo Zamácola.
En su opinión, «es inviable que repitamos las mismas ventas que el año pasado» en la temporada navideña, cuando la posibilidad de que una pandemia irrumpiera con tal virulencia era impensable.
En cualquier caso, el barómetro de Acotex de diciembre de 2019 ya reflejó una caída de las ventas del 1,2 % en relación con el mismo mes de 2018. En noviembre el descenso interanual fue del 2,6 %, aunque el conjunto del año se saldó con un avance en la venta de ropa en España del 2 %.
LOS CIERRES PUEDEN IR EN AUMENTO
Los datos de la patronal del textil indican que en cada uno de los últimos meses tras el fin del estado de alarma se ha producido una caída media interanual en las ventas del 30%, un porcentaje que se eleva al 42% para el tramo de enero a septiembre, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Según sus datos, el 25% de los comercios que existían antes de la pandemia ya han echado el cierre, y Zamácola vaticina que cerrarán aún más tras la campaña de Navidad, «debido a la caída de ventas si seguimos así».
Para el secretario general de la Confederación Española del Comercio (CEC), Julián Ruiz, «la incertidumbre es completa».
Ruiz ha apuntado que el comercio textil tiene ante sí un «horizonte no excesivamente optimista» para esta campaña navideña y recuerda que todos los indicadores apuntan a un aumento en la tasa de ahorro de las familias, algo que ha relacionado con una reducción del consumo.
«Si crece el ahorro es porque no se consume y, además, no se destina al ocio, a los viajes o a la compra de ropa», ha comentado el directivo de la CEC.
EN JUEGO EL 30 % DE LA FACTURACIÓN ANUAL
El presidente de la Unión de Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, señala que «está en juego la vida de miles de pequeños negocios, si no paramos la propagación de los contagios, los trabajadores autónomos perderán el 30% de la facturación anual que (normalmente) se produce en la campaña de Navidad, suponiendo una catástrofe económica que sería muy difícil de solucionar».
Desde esta organización reivindican que «es preferible ajustar severamente las restricciones durante las próximas semanas antes de que sea demasiado tarde y se eche a perder la campaña navideña».
En un tono más optimista y como reflejo de lo que se prevé en Estados Unidos, la vicepresidenta para la Región Europa y con responsabilidades en España de la empresa de análisis de datos Rebold, Ruth Blanch, cree que las compras navideñas pueden no ser tan negativas.
Señala que «muchas personas han limitado sus gastos durante el verano y van a recortar viajes que se producían en este trimestre, sobre todo en torno a Navidad, por lo que, a cambio, dispondrán de más dinero para permitirse algunos caprichos en las compras navideñas«.
Antes de llegar a las Navidades, el comercio tiene por delante otras dos fechas consideradas claves, el llamado Viernes negro o «Black friday» (que este año será el 27 de noviembre) y el «ciberlunes» siguiente (30 de noviembre), fechas en las que la mayor parte de las ventas se suele realizar por internet, con lo que el sector no prevé que la caída sea tan abrupta como temen para el conjunto de la campaña navideña, en la que el peso de las tiendas físicas sigue siendo mayoritario.