“Sostenibilidad” es uno de esos términos que, a fuerza de emplearlos para cualquier situación, parece haber perdido su significado. Pero nada más lejos de la realidad, ya que hay proyectos que de verdad hacen honor a la palabra y se ajustan a su definición (asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades de futuras generaciones) asumiendo ese sustantivo, la sostenibilidad, como bandera.
Tenemos un claro ejemplo en la región con Madrid Nuevo Norte, un plan que ha asumido desde el primer momento una serie de ambiciosos compromisos en términos de consumo de los recursos, energía o movilidad. Un proyecto que cambiará la cara de la capital de España basado en la regeneración y desechando la extensión urbana, que ha ha tomado la Agenda 2030 como una guía para materializar dicho propósito.
Economía Circular
En primer lugar, porque Madrid Nuevo Norte apuesta por la “ciudad circular” o, lo que es lo mismo, aquella que busca redefinir el modelo de crecimiento de modo que preste atención a los beneficios que puede producir para toda la sociedad. Y es que el diseño urbano, ese lienzo en blanco que se presenta a la hora de trazar un nuevo espacio, es una oportunidad única para el cambio de paradigma de una sociedad. Una palanca para ayudar a resolver desequilibrios ambientales, económicos y sociales, desde su mismo origen.
Es precisamente esa una de las aspiraciones de Madrid Nuevo Norte, postulándose como catalizador para el crecimiento sostenible de todo la ciudad y su región. El nuevo espacio urbano que surgirá en la zona norte debe servir para crear un entorno en el que vivirán y trabajarán muchas personas, facilitando su transición a un modelo medioambientalmente responsable.
Para la Ellen McArthur Foundation, una entidad británica dedicada a fomentar e impulsar la transición hacia un modelo de economía circular, este modelo se basa en tres principios: eliminar desechos y contaminación desde el diseño; mantener en uso los materiales y productos; y regenerar los sistemas naturales. Unos pilares sobre los que se asienta la base de la estructura de Madrid Nuevo Norte.
Construcción sostenible en cada paso
Ese objetivo pasa por aspectos tan importantes como la eficiencia de las nuevas zonas que se van a construir. Con sus 5,6 kilómetros de largo y sus más de dos millones de metros cuadrados de superficie, se trata del mayor proyecto de regeneración urbana de toda Europa, y una actuación de esta magnitud moviliza necesariamente gran cantidad de recursos.
Por ello, en Madrid Nuevo Norte todos los recursos susceptibles de ser utilizados están siendo objeto de análisis y de planes específicos para minimizar su consumo y optimizar su producción y gestión, así como para reducir la huella de carbono.
En ese sentido, se está poniendo el foco en la descarbonización de la energía a través de la electrificación y en la producción de energía renovable, así como en la gestión del agua, con medidas como la captación y reutilización del agua de lluvia.
Desde la primera piedra se priorizarán los materiales de construcción recuperados o reciclados, ya sea parcial o totalmente, y se apostará también por los materiales de proximidad, de extracción y manufactura local. Así, el proyecto plantea desarrollar iniciativas para favorecer el uso de materiales de origen regional, extraídos y producidos en un radio menor de 160 km o, en los casos en los que no sea posible, de ámbito nacional. De esa manera no sólo se favorece la economía local, sino que se reduce notablemente el impacto producido por su transporte hasta la obra.
La sostenibilidad de los procesos de extracción de los materiales es también un factor importante, y en el en caso de empleo de madera para la construcción, Madrid Nuevo Norte priorizará la selección de maderas con certificación forestal, es decir, que dispongan de un sello independiente que garantice que la gestión de los bosques de los que se extraen cumpla con exigentes criterios y estándares.
También tendrán especial presencia los materiales recuperados y reciclados parcial o totalmente. Aprovechar los residuos que se producen en las obras para darles una segunda vida en el mismo proyecto resulta una idea doblemente sostenible, tanto porque reduce los desechos como porque ahorra en el consumo y transporte de materiales nuevos.
Obviamente, no todos los desechos de construcción y demolición se pueden reaprovechar. Por ello, se redactará un plan específico dedicado a la gestión de residuos que servirá, entre otros aspectos, para definir cómo se controlará el balance entre el volumen de tierras extraído y utilizado en la obra y los residuos generados en las demoliciones, así como para cuantificar el volumen de residuos previsto en la fase de ejecución. Dicho plan definirá también cuáles van a ser las medidas de recogida separativa para su correcto acopio y clasificación de cara a su reutilización posterior.
Las medidas no sólo se quedan en la fase de obras, ya que la planificación de Madrid Nuevo Norte prevé la elaboración de un proyecto específico para valorar la implantación de un sistema de recogida neumática para la gestión de los residuos urbanos una vez que los nuevos barrios estén ya habitados.
Además, los trabajos recogerán los estándares sobre gestión eficiencia de los recursos, reutilización y reciclaje de materiales en fase de urbanización fijados por las dos certificaciones más prestigiosas a nivel internacional, LEED y BREEAM, tal y como vimos recientemente en este medio.
De este modo, Madrid se convertirá en un referente en la sostenibilidad urbana.
Madrid Nuevo Norte, regenerar en vez de ampliar
Una de las máximas de Madrid Nuevo Norte, y razón principal por la que afirmamos que es un proyecto de urbanismo 100% sostenible, es la de recuperar espacios que están en desuso u obsoletos para regenerarlos en vez de ampliar los límites de la ciudad.
Proyectos como King’s Cross, en Londres, la neoyorquina Hudson Yards o Porta Nuova en Milán, que aprovechan antiguos terrenos ferroviarios, así como el también londinense Canary Wharf, Hafencity, en Hamburgo o Barangaroo, en Sydney, que urbanizan zonas portuarias obsoletas, son solo algunos ejemplos del esperanzador futuro que le espera a la zona norte de Madrid.
Las ventajas de la regeneración urbana frente a la expansión son muchas: además de conectar zonas aisladas dentro de la ciudad y mejorar la movilidad, supone un beneficio en términos de sostenibilidad, ya que optimiza los recursos y hace que los equipamientos y las infraestructuras sean utilizados por más ciudadanos, limitando el impacto de la intervención.
Los terrenos sobre los que se va a desarrollar Madrid Nuevo Norte acabarán con una brecha urbana de 5,6 kilómetros de longitud (la misma distancia que hay entre Neptuno y Plaza de Castilla) que actualmente está ocupada por instalaciones ferroviarias, terrenos baldíos y zonas industriales obsoletas, para darles una nueva oportunidad. Sin duda, una oportunidad histórica para la capital.
Madrid Nuevo Norte, un oasis en pleno Madrid que aspira a ser el primer paso para una capital 100% sostenible en un futuro no muy lejano.