Implantación del teletrabajo: ¿ayuda a la planificación financiera?

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La crisis del coronavirus ha impulsado el teletrabajo como el modelo de trabajo predominante para muchas personas. Según el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), la incidencia del teletrabajo ha pasado de un residual 4,8% en 2019 a ser la modalidad de empleo para uno de cada tres ocupados durante la pandemia de la COVID-19.

Esta nueva realidad, incluso, ha obligado al Gobierno a aprobar la nueva ley del teletrabajo con el fin de regular la relación entre trabajadores y empresarios en lo que a trabajo a distancia se refiere.  Ya sea por necesidad o por oportunidad, lo cierto es que parece que el teletrabajo ha llegado para quedarse. Una opción que, sin duda, ha beneficiado a muchos trabajadores y que, incluso, ha permitido un ahorro importante en las finanzas familiares.

Más ahorro para los trabajadores, las empresas y la sociedad en general

El teletrabajo está suponiendo para los trabajadores un ahorro importante en tiempo, dinero y calidad de vida. Según un reciente estudio de la Cámara de Comercio de España, los trabajadores podrían ahorrarse entre 264 y 660 euros en transporte y hasta 616 euros en comida trabajando a distancia.  

Un modelo que, además de ser ideal para mejorar la conciliación laboral y personal, también es un acicate para equilibrar el presupuesto familiar. Es un buen momento para planificar las finanzas personales a través de plataformas como Raisin, que ofrece los depósitos a plazo fijo más rentables de Europa, con unos tipos de interés muy por encima de los que actualmente ofrecen los bancos españoles.

Pero el ahorro no es solo para los trabajadores. El mismo estudio señalaba que las empresas podrían ahorrar, de media, 1.350 euros por empleado al año. Además, existe un claro beneficio colectivo vinculado a una reducción de los desplazamientos, que redunda en menos congestiones, menos aglomeraciones en torno al transporte público, menos contaminación y, en general, una mejora de la eficiencia. 

La sociedad en general también se ve favorecida por el impulso de este modelo, incluso aquellos trabajadores que, por las características de su actividad no pueden trabajar desde casa. 

Algunos gastos en los que no se ahorra

Aunque a priori pueda pensarse que el teletrabajo es sinónimo de ahorro, lo cierto es que el hecho de permanecer más tiempo en casa también conlleva sus gastos. Por un lado, porque el teletrabajador ha tenido que realizar una inversión para acondicionar una parte de su vivienda con el fin de trabajar de forma eficiente, al menos del mismo modo que lo haría en su oficina. Es decir, ha tenido que realizar una cierta inversión en equipamiento informático, sillas, mesas, etc.

Pero, además, porque permanecer más tiempo en casa conlleva otros gastos de suministros del hogar. En invierno, el trabajador gastará más calefacción y electricidad, mientras que en verano su factura se verá incrementada por el mayor uso del aire acondicionado. A todo ello hay que sumar una buena conexión a Internet, gastos en seguridad informática, mayor consumo de cartuchos de tinta, etc.

Los expertos coinciden en que debería ser el empleador quien se hiciese cargo de estos costes, un modelo que ya funciona en Europa. De hecho, la última regulación del teletrabajo contempla que tenga que ser la empresa quien asuma la totalidad de los costes necesarios para desempeñar la actividad, siempre que ambos estén de acuerdo.

No obstante, aunque todavía queda mucho por definir, lo cierto es que la implantación del teletrabajo es una realidad en España que nos acerca a otros países de nuestro entorno. Y que, por supuesto, tendrá impacto sobre nuestra planificación financiera.

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