Inaugurado en 1912, el hotel Palace de Madrid ha reabierto este jueves al público tras haber estado cerrado durante cerca de seis meses por la pandemia del coronavirus, algo que antes sólo había ocurrido durante la guerra civil, cuando funcionó durante tres años como hospital de campaña.
Medidas estrictas de seguridad e higiene acompañan el regreso de este centenario hotel, icono de Madrid y testigo de la historia de la capital.
Las habitaciones tendrán una menor rotación, la desinfección es continua y hay dispositivos para que los clientes alojados reduzcan al mínimo su contacto con los trabajadores del hotel.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha acudido este jueves a la reapertura, que a su juicio lanza «un mensaje de optimismo, de confianza en el futuro y de esperanza para la ciudad de Madrid».
Un centenar de hoteles ha abierto ya sus puertas en la capital. El Palace, con 470 habitaciones, 50 suites y una suite real, es el quinto de cinco estrellas en hacerlo y el primero de los de la liga de gran lujo, en la que figuran el Villa Magna, el Santo Mauro o el Urban.
No han abierto antes a la espera de que hubiera una demanda suficiente, que esperan conseguir en el mercado de lujo nacional y garantizando «un ambiente muy seguro», explican a Efe desde el hotel.
Ya hay reservas, en la primera semana de septiembre volverán los primeros eventos públicos y además hay una boda prevista este fin de semana.
La plantilla, de más de 300 personas, ha comenzado a incorporarse aunque no al completo, y el hotel lanza durante este jueves una venta rápida, con habitaciones a 185 euros que se pueden reservar solo hoy para un período hasta el 26 de diciembre.
Para que el lujo sea además libre de COVID-19, las habitaciones permanecerán al menos 24 horas vacías entre clientes, el tiempo mínimo que transcurrirá antes de que las camareras de piso entren a limpiar.
Será posible hacer la entrada y la salida del hotel sin contacto y los clientes tendrán un chat para comunicarse con el alojamiento. Si lo desean, podrán pedir que la comida del servicio de habitaciones les llegue empaquetada.
El Palace transforma algunos de sus servicios, como el de desayuno, que por el momento deja de ser buffet y será a la carta. En las habitaciones no habrá además zapatillas, albornoz, papel o bolígrafos, que se llevarán solo a petición de cada cliente.
Además, los productos que se usarán para limpieza y protección de los trabajadores son de uso médico y están testados y se sigue el protocolo europeo establecido por el Marriot. La prioridad «absoluta es la seguridad» y la cautela.
El Palace es optimista con su reapertura, que se está produciendo sobre todo en las plantas superiores, las de mayor lujo. «La afluencia de huéspedes va a ir creciendo una vez que abrimos. Estamos confiados en que semana a semana nuestra ocupación de a poco irá creciendo», ha explicado a Efe el director del hotel, Pablo Flores.
Hay «bastante mercado nacional» pero también extranjeros, de Reino Unido, Francia o Alemania, «que siguen viniendo por cuestiones de trabajo», explica el director.
A lo largo de su historia, el Palace ha acogido a artistas como Michael Jackson, los Rolling Stones, Ava Gardner, Charlton Heston o Salvador Dalí, que llegó a pintar un boceto en una de las paredes de su habitación aunque no quedan rastros porque fue borrado al momento por una camarera de piso.
En su inauguración en 1912 el Palace fue pionero en España por instalar teléfonos e inodoros en cada habitación, y era el hotel más grande de Europa.
Hasta ahora sólo había cerrado al público durante la guerra civil, en la que funcionó durante tres años como el hospital de campaña. Varias décadas después, la crisis del coronavirus le ha impedido recibir clientes durante cerca de seis meses.
Con su reapertura, el Palace retomará además uno de sus eventos de más éxito, el almuerzo de los domingos con ópera en directo que en su retorno, el 6 de septiembre, tendrá ritmo en cambio de zarzuela, con el Barberillo de Lavapiés.