La Comunidad de Madrid no va a empezar el curso con clases presenciales en su totalidad, sino que el regreso a las aulas se hará con una modalidad mixta, en la que los niveles de enseñanza de infantil y primaria acudirán a los centros y los de mayor edad combinarán la asistencia con la enseñanza telemática.
El consejero de Educación regional, Enrique Ossorio (PP), ha confirmado que el inicio de curso se parecerá al segundo escenario de los cuatro previstos, donde el primero era la presencialidad al cien por cien, aunque este plan se están ajustando a la situación epidemiológica y se conocerán en detalle el próximo martes.
El consejero ha admitido que todos deseaban una vuelta cien por cien presencial, incluido el vicepresidente madrileño Ignacio Aguado (Cs) que defiende esta opción, pero este escenario se planteó esperando contagios “más bajos”.
En todo caso, el consejero ha señalado que “en el escenario inicial” previsto “la presencialidad es totalmente masiva”, por lo que la situación en la que los niños se tengan que quedar en casa se produciría “en el escenario 3”, si llega un nuevo confinamiento.
La Consejería de Sanidad ultima un protocolo junto a Educación que se dará a conocer este martes en el que se detallarán aspectos cómo en qué condiciones se cierra un aula si se producen contagios o los test serológicos para alumnos y docentes, un estudio en la comunidad educativa y test para todos ellos en el caso de la Educación Especial.
El nuevo plan partirá de los cuatro escenarios ya conocidos. «Hicimos unos escenarios y queremos ser fieles con ellos porque los docentes tenían esos escenarios y han pensado cómo adoptarlos».
El escenario 2 de semipresencialidad eliminaría los recreos y se evitarían los comedores. Se flexibilizarían horarios y materias. Otra alternativa sería la asistencia de la mitad de los estudiantes en días alternos y los viernes clases «online».
Madrid plantea además la posible contratación de 8.500 docentes y aunque contratará personal sanitario, ve “imposible” conseguir sanitarios para cada uno de los 2.000 centros educativos de la región.
Respecto a las ratios de las clases el consejero ha señalado que es un “problema” que no se puede cambiar, no en meses sino en años y ha agregado que habrá que hacer grandes esfuerzos en función de las decisiones que se tomen.
Los centros han tenido que analizar ya como reducir las clases a 20 alumnos por aula o cómo organizarlas para mantener distancias de 1,5 metros y han enviado sus conclusiones a la Consejería, que concluye que el problema no es de profesorado y contrataciones, sino de “espacio” por lo que se buscan opciones junto a los ayuntamientos.
Preguntado sobre las familias que prefieren que sus hijos no acudan al colegio, Ossorio ha señalado que la educación es “obligatoria” porque lo que no es decisión del padre que el niño vaya o no y en caso de no acudir hay protocolos de abstencionismo, aunque se tendrá en cuenta la incertidumbre de la situación y ha “invitado” a llevar a los alumnos porque se buscará la máxima seguridad y además “padecen menos la enfermedad”