Casi cuatro veces el césped del estadio Santiago Bernabéu. 30.000 metros cuadrados. Esa es la superficie de grafitis que «adornan» el entorno de la M-30 y que, desde este lunes, pasarán a ser historia. El Ayuntamiento de Madrid ha puesto en marcha la campaña de eliminación de pintadas vandálicas en el entorno de la vía, que se desarrollará durante dos meses.
Asimismo, el área de Medio Ambiente y Movilidad va a incrementar por primera vez de una a cuatro las campañas anuales de limpieza de grafitis que se realizan en este entorno de la M-30 con el objetivo de evitar que sus autores se centren en este paisaje urbano.
Para reducir estos actos vandálicos se llevarán a cabo otras actuaciones como la plantación de vegetación para dificultar el acceso a los muros y reducir su visiblidad, de manera que resulte «menos apetecible» hacer una pintada.
Al margen de la circunvalación, la eliminación de pintadas en toda la ciudad forma parte del contrato de limpieza integral que depende de la dirección general de Servicios de Limpieza y Residuos del área de Medio Ambiente y Movilidad.
El coste anual derivado de la limpieza de grafitis es de aproximadamente 2.645.000 euros, pero varía cada año en función de las necesidades de la ciudad, y cada día son necesarios 28 operarios con 24 vehículos para poder llevar a cabo esta labor diariamente en todo Madrid.
Cabe recordar que el Consistorio ha aumentado el importe de las sanciones, que la ley permite que oscilen entre los 300 y los 3.000 euros -en caso de reincidencia el importe se puede duplicar-, medida que comenzó a aplicarse en diciembre de 2019.
De este modo, por ejemplo, las pintadas en cierres comerciales o elementos asociados a actividades económicas, la multa ha pasado de 500 a 1.000 euros, y de 300 a 600 en el caso de mobiliario urbano, muretes, pilares y puertas.