Estamos viviendo una experiencia inédita en España. La llegada del coronavirus ha cambiado nuestras prioridades, nuestra forma de enfocar los problemas y cómosolucionarlos. Pero el COVID-19 será vencido más pronto que tarde. Entonces, será el momento de retomar el pulso de las ciudades, de impulsar la creación de empleo y una economía del día después que sostenga nuestro Estado del Bienestar.
Hay sectores que no han podido continuar su actividad y para los que el impacto del confinamiento es brutal. En una economía de servicios como la nuestra, sectores tan afectados como el turismo, restauración, hostelería o comercio aportan casi un 25% del PIB nacional entre todos. Miles de empresas de estos ámbitos se han visto obligadas a solicitar un ERTE, a pedir la supresión de cuotas y de los seguros sociales o la moratoria del pago de alquileres e impuestos.
El diagnóstico es muy claro: el tejido de pymes y autónomos se desangra y su pérdida supondrá la caída de una cantidad incalculable de empleos y de ingresos por impuestos, más necesarios que nunca para atender las prestaciones de parados y jubilados.
Las soluciones que Ciudadanos propone están basadas en el sentido común y tienen un objetivo: ser capaces de alcanzar el día después para levantar, sobre bases sólidas, una economía mejorada. Al Gobierno de Sánchez le hemos solicitado que impulse unos Pactos de Reconstrucción con medidas económicas moderadas y ayudas a la refinanciación para dar margen a las empresas a mantener el empleo. En Madrid, el Ejecutivo liberal del que formamos parte asumirá el pago de las cuotas de marzo y de abril para aliviar su carga.
Además, es necesario impulsar la digitalización urgente de las pymes para que no tengan que adaptarse a la carrera a los pedidos on line, como ha ocurrido. También debemos acelerar los trámites de creación de empresas para que sean casi instantáneos, dinamizar el pequeño comercio, dar apoyo al sector agrícola y ganadero (I+D+i, seguros agrícolas, emprendimiento rural) y renovar las universidades, que son la palanca clave para fomentar la investigación y atraer industria y empleo de alto valor añadido.
De tomar o no estas medidas dependerá que alcancemos ese día después con la debida fuerza y unión. Todas ellas contribuirán a que el tejido empresarial madrileño supere el impacto económico de la pandemia del COVID-19 y que, al mismo tiempo, salga más y mejor preparado para competir en los mercados internacionales.
Se trata, en definitiva, de facilitar el emprendimiento, uno de los pilares de nuestra economía; y evitar un excesivo intervencionismo que podría desembocar en una economía subvencionada y, a la larga, empobrecida.