Greenpeace ha transformado algunas de sus pancartas que usaban en sus denuncias en más de 350 batas protectoras. Las batas han sido entregadas en residencias mayores de la Comunidad de Madrid. El material es totalmente reutilizable y se cose en tres máquinas industriales ubicadas en la nave de Greenpeace.
Según informa la ONG ambiental, las pancartas, que son amarillas y negras como símbolo de la organización, se han convertido en “una vestimenta inédita en el sector”. Así, la organización colabora para hacer frente a la crisis sanitaria por la pandemia del COVID-19.
La tela de estas pancartas era de ripstop, un material resistente, impermeable y lavable, por lo que es fácil reutilizarlo con tan solo limpiarlo con agua y jabón. Los voluntarios de Greenpeace son los que han comenzado esta iniciativa y se turnan en tres máquinas de costuras industriales que posee la organización en su nave.
Las batas están siendo destinadas a la ONG Médicos sin Fronteras, debido a su trabajo en las residencias de ancianos de toda la Comunidad de Madrid. Otras batas se están distribuyendo a la organización local Mascarillas Solidarias, que también se encargan de donar y producir material de protección para residencias de mayores.